Todos refieren a la particular frialdad de esta campaña electoral a tan pocos días de llevarse adelante el sufragio obligatorio entre todos los ciudadanos habilitados para votar. Es así que exactamente dentro de dos semanas se tendrá que dar fin a dicha campaña publicitaria en el marco de estas elecciones parlamentarias y presidencial debido a dar inicio a la veda previa al domingo 27 de octubre, y sin embargo, se insiste con que no hay ambiente.
Los pícaros del oficialismo nacional aprovechan el frío del clima electoral diciendo que esta falta de efervescencia en la gente se debe a que no hay ambiente de cambio de gobierno y que básicamente el pueblo uruguayo reelegirá la línea de conducción de la llamada coalición republicana. Ese argumento, escuchado incluso por dirigentes y candidatos políticos en Salto puede terminar siendo para ellos un boomerang ya que luego el oficialismo local podrá esgrimir lo mismo, porque en Salto tampoco pareciera que hubiese ambiente de elecciones.
De todas maneras, las encuestas de las distintas empresas que se dedican a eso dicen otra cosa. Entonces, ¿cómo entender ese silencio ensordecedor de la gente que ya no satura de calcos sus autos y motos o de banderas y balconeras en sus casas? Y en ese sentido nos referimos a todos los partidos políticos. No hay clima electoral, en eso coinciden todos.
¿Qué nos está pasando? Pregunta que en algún momento deberán responder los analistas de la academia, es decir, antropólogos, sociólogos y por supuesto, los politólogos.
