Inaugurada el pasado miércoles, estará abierta hasta mañana lunes, en el Mercado 18 de Julio, la muestra del Taller de Artes Plástica que dirige Elsa Trolio, dependiente del Departamento de Cultura de la Intendencia de Salto. El tema central sobre el que trabajó el grupo a lo largo del año fue la obra de la poeta salteña Marosa di Giorgio. Incluso, los alumnos confeccionaron “el vestido de Marosa”, en grandes dimensiones, el que luce colgado desde el techo del Mercado (como se observa en la foto), presidiendo la muestra. El grupo de mayores que integra este taller es el siguiente: Adriana Andrade, Lourdes Berreta, Verónica Castro, Yolanda Domínguez, Estella Farías, Aymara Ferrando, Florencia López, Ligia López, Eunice Olivera, Antonella Quevedo, Roxana Vianessi, Gladys Ribero, Lilí Ribero, Angelina Robaina, Adriana Rodríguez y Paola Russo
Al respecto, EL PUEBLO dialogó con Elsa Trolio en estos términos:
– Coméntenos sobre este vestido que cuelga aquí…
Hicimos este vestido blanco y sentimos el silencio, un estado espiritual o un espacio vacío que nos permitió conectarnos con las cosas y el cosmos, con la realidad trascendente de Marosa, con un lugar fundado en su infancia, que siempre vuelve en su obra.
-¿Qué características tiene este vestido si tuviera que describirlo artísticamente?
Principalmente que está pintado con tierra de los suelos de Salto. El pasado inmutable trasciende al contemplar las imágenes infundiendo vida a la muerte. Está realizado con mucho amor. Los alumnos seleccionaron las tierras y clasificaron por color y texturas.
-¿La tierra de Salto en el vestido como símbolo de unión con ella?
Sí, y del deseo de volver, como dice Hebert Benítez Pezzolano, que se convierte en un movimiento que presta la primera energía de su obra. Su mundo como un mito, porque en el mito no hay un tiempo primordial que desaparece, sino que la línea siempre vuelve sobre ese tiempo. Son maneras de percibir el tiempo.
-¿Qué reflexión les deja haber trabajado los poemas de Marosa como inspiración para la pintura?
La experiencia con la literatura, con Marosa, nos generó sentimientos que nunca habíamos tenido. El misterio y la comunión entre la palabra y la plástica nos integró mucho. Es decir, pasamos por un proceso que se da en la práctica, el pensamiento se va dando en el hecho plástico. Se va madurando una idea, discutiendo, experimentando. La verdad es que sentimos la cálida compañía de Marosa; las marcas del recuerdo están ahora en el vestido, huellas que la humanidad deja para la posteridad con su deseo de eternizarse.
-Además del tema Marosa, ¿a lo largo del año han trabajado otros?
Sí, por supuesto que en el taller se realizaron otros temas y ejercicios básicos para el desarrollo de las artes plásticas. Realizamos muchos dibujos, grabados, pinturas, acuarelas, collages, pastel, tintas, técnicas mixtas, tinta resistente, etc. Se realizaron también ejercicios de síntesis o abstracción, el signo, lo simbólico, la imagen y el texto, el texto como imagen, el caligrama.
Inaugurada el pasado miércoles, estará abierta hasta mañana lunes, en el Mercado 18 de Julio, la muestra del Taller de Artes Plástica que dirige Elsa Trolio, dependiente del Departamento de Cultura de la Intendencia de Salto. El tema central sobre el que trabajó el grupo a lo largo del año fue la obra de la poeta salteña Marosa di Giorgio. Incluso, los alumnos confeccionaron “el vestido de Marosa”, en grandes dimensiones, el que luce colgado desde el techo del Mercado (como se observa en la foto), presidiendo la
El vestido de Marosa
muestra. El grupo de mayores que integra este taller es el siguiente: Adriana Andrade, Lourdes Berreta, Verónica Castro, Yolanda Domínguez, Estella Farías, Aymara Ferrando, Florencia López, Ligia López, Eunice Olivera, Antonella Quevedo, Roxana Vianessi, Gladys Ribero, Lilí Ribero, Angelina Robaina, Adriana Rodríguez y Paola Russo
Al respecto, EL PUEBLO dialogó con Elsa Trolio en estos términos:
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– Coméntenos sobre este vestido que cuelga aquí…
Hicimos este vestido blanco y sentimos el silencio, un estado espiritual o un espacio vacío que nos permitió conectarnos con las cosas y el cosmos, con la realidad trascendente de Marosa, con un lugar fundado en su infancia, que siempre vuelve en su obra.
-¿Qué características tiene este vestido si tuviera que describirlo artísticamente?
Principalmente que está pintado con tierra de los suelos de Salto. El pasado inmutable trasciende al contemplar las imágenes infundiendo vida a la muerte. Está realizado con mucho amor. Los alumnos seleccionaron las tierras y clasificaron por color y texturas.
-¿La tierra de Salto en el vestido como símbolo de unión con ella?
Sí, y del deseo de volver, como dice Hebert Benítez Pezzolano, que se convierte en un movimiento que presta la primera energía de su obra. Su mundo como un mito, porque en el mito no hay un tiempo primordial que desaparece, sino que la línea siempre vuelve sobre ese tiempo. Son maneras de percibir el tiempo.
-¿Qué reflexión les deja haber trabajado los poemas de Marosa como inspiración para la pintura?
La experiencia con la literatura, con Marosa, nos generó sentimientos que nunca habíamos tenido. El misterio y la comunión entre la palabra y la plástica nos integró mucho. Es decir, pasamos por un proceso que se da en la práctica, el pensamiento se va dando en el hecho plástico. Se va madurando una idea, discutiendo, experimentando. La verdad es que sentimos la cálida compañía de Marosa; las marcas del recuerdo están ahora en el vestido, huellas que la humanidad deja para la posteridad con su deseo de eternizarse.
-Además del tema Marosa, ¿a lo largo del año han trabajado otros?
Sí, por supuesto que en el taller se realizaron otros temas y ejercicios básicos para el desarrollo de las artes plásticas. Realizamos muchos dibujos, grabados, pinturas, acuarelas, collages, pastel, tintas, técnicas mixtas, tinta resistente, etc. Se realizaron también ejercicios de síntesis o abstracción, el signo, lo simbólico, la imagen y el texto, el texto como imagen, el caligrama.