A los 61 años, víctima de un paro cardíaco, se apagó la vida de uno de los más queridos jugadores de fútbol en aquel tiempo… con la camiseta de su Salto Nuevo en el pecho.
GARY DANIEL CASAÑAS tenía 61 años. Había nacido el 16 de diciembre de 1960. Jugó en Salto Nuevo y jugó en Cerro. Pero más allá de ese pasaje por Cerro, no hay dudas que su cuna futbolística, su raíz afectiva, asociada a Salto Nuevo.

Será por eso que ayer desde horas de la mañana cuando se supo la dolorosa noticia de su fallecimiento, se fueron sumando voces de desconsuelo. De tantos excompañeros de equipo, de vecinos, de adversarios en la cancha.
Todo lo que se fue escribiendo sobre el volante de los años 80 y 90, reflejando el profundo querer que se ganó en vida. No por nada, la coincidencia: «de los jugadores más valorados en Salto Nuevo, porque siempre fue generoso como parte de la causa, pero mucho más que eso, el valor humano que lo acompañó siempre».
El paro cardíaco ganó la pulseada, cuando Gary iría como todos los días a desarrollar su misión laboral. El trabajo cotidiano, como tantas veces.
«Estaba bien y se sentía bien», pensamientos en pro del volante de tantas tardes heroicas y con la ilusión campeona por su Salto Nuevo.
Gary fue «ese hijo del barrio y ese amigo de los amigos, con el respeto como norma, evitando creerse más que el otro, porque en cada año jugado, en cada temporada compartida, no dejó de sentirse uno más. Fue una línea que se trazó como jugador y ser humano. No se apartó de ella y la defendió también desde el sentimiento, porque sentimiento nunca le faltó».
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En la nueva fecha del Campeonato Salteño en la «A», no faltará el minuto de silencio por Gary Casañas. Evocación hacia él y gratitud por tanta generosa entrega.
Por tanta clase y corazón también.
El llanto del fútbol no esconde su propia razón, porque humanamente….también la tiene.
Y la siente como propia. Como bien propia….
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(Recopilación fotográfica:
Luis Ignacio Suetta).