Por Catalina Trinidad
El sueño de la casa propia no es solo una frase en Constitución; se ha convertido en una realidad palpable para muchas familias de esta localidad. Este sueño, que alguna vez pareció inalcanzable, ha sido materializado a través de esfuerzos conjuntos, trabajo arduo y un inquebrantable compromiso por parte de los beneficiarios y las instituciones involucradas.
Durante años, las familias de Constitución han trabajado incansablemente para alcanzar este objetivo. Cada mañana, al despertar y enfrentarse a la rutina diaria, sus pensamientos estaban centrados en un único propósito: «Hoy es un pasito más». Estos pasos, que pueden parecer pequeños en el día a día, se suman para construir algo mucho más grande. Este martes, el esfuerzo colectivo se vio coronado por el evento tan esperado: «Hoy es el gran día».
Este gran día se caracterizó por la entrega simbólica de 66 llaves, que no solo abren las puertas a viviendas nuevas, sino que representan 66 historias únicas, cada una con sus propios desafíos y triunfos. Al recibir cada llave, se observó a 66 familias con manos temblorosas, un reflejo tangible de la emoción y la expectativa acumulada. La ceremonia estuvo llena de momentos profundamente emotivos, donde la felicidad se convirtió en el denominador común. Las lágrimas de alegría se compartieron, y los ojitos de los niños brillaron con una luz que solo puede provenir de la más pura felicidad.

La jornada, marcada por la lluvia persistente, no impidió la celebración; más bien, la lluvia se convirtió en un hermoso adorno que enmarcó la magnitud de la alegría que inundaba el ambiente. Este detalle meteorológico, lejos de ser un obstáculo, añadió un toque poético al evento, simbolizando las lágrimas de felicidad y el compromiso de la comunidad. Bajo el cielo gris, las 66 viviendas de MEVIR fueron oficialmente entregadas, marcando un hito importante en la vida de cada uno de los beneficiarios.
En la tarde de ese día memorable, se llevó a cabo el sorteo de las llaves, un momento cargado de tensión y expectativa. Cada llave representaba no solo un espacio físico, sino un sueño convertido en realidad. La sensación de logro y satisfacción que embargó a los nuevos propietarios fue contagiosa, y la felicidad se expandió a lo largo de toda la población. La celebración no solo se limitó a las familias que recibieron las llaves; toda la villa participó en este festín de emociones, compartiendo y celebrando el logro colectivo.
Este evento no solo cerró un ciclo para abrir uno nuevo, sino que también subrayó el espíritu de comunidad que define a Constitución. La felicidad de cada familia no se experimentó de manera aislada, sino que se integró en un sentimiento de unidad que abarca a toda la localidad. En Constitución, cuando una familia alcanza un sueño tan significativo como la casa propia, la alegría se multiplica, y toda la villa se siente parte de ese éxito.
La entrega de las viviendas de MEVIR ha marcado un antes y un después en la vida de estas 66 familias. La realización de este sueño es un testimonio de la fuerza y la solidaridad de la comunidad, que ha trabajado en conjunto para transformar aspiraciones individuales en logros colectivos. Así, Constitución continúa demostrando que, cuando se trata de sueños y metas compartidas, la unión y el esfuerzo conjunto pueden hacer que lo imposible se vuelva posible.