Un poemas de Miguel Ángel Gallo, en homenaje a Salto

Ocupan hoy esta página poemas de Miguel Ángel Gallo. Cuando Salto cumplió 260 años, se organizó un concurso literario -recuerda el autor-, en el que presentó este texto en homenaje a esta tierra; poema dividido en varias partes, lleva por título “Soy tuya”.
Miguel Ángel Gallo, salteño nacido el 18 de diciembre de 1955, se desempeñó como funcionario postal durante muchos años, y se jubiló del Correo de Salto en el año 2019.
Ha obtenido distinciones en varios concursos literarios, entre los que se destacan algunos organizados por Diario EL PUEBLO hace ya varios años.
SOY TUYA
I
Sabes que soy tuya, ¿acaso no hueles
el aroma lujurioso de mis blancos azahares
mientras mi vestido brilla con reflejos naranjas
en tus bellos lares?
II
Sabes que soy tuya, porque fui forjada
por tanto inmigrante y hoy estoy de pie
ufana y galante altiva, orgullosa
ante el visitante.
III
Me despierta un alba, el embate siento
de bravíos vientos y yo sosteniendo
muy firme mi antorcha, no verte sufriendo.
IV
Doscientos sesenta ya que me fundaron
acaso pensaron esos fogoneros
forjando día a día con tesón y esmero
que fruto daría?
V
El fruto está vivo, se nutre de hijos
por eso revivo y es feérico mi sueño
de verte triunfante, que te sientas dueño
de esta tierra amante.
VI
Nací junto al río, donde fue mi cuna,
blancos caseríos entre las lagunas.
Y así fui creciendo y hoy me siento tuya
seguiré insistiendo siempre, siempre tuya.
VII
Dueña de este cielo, dueña de estas huertas
que brotan del suelo mis manos abiertas.
Dueña de ese río que cruza elegante
con fuerza, con brío costa zigzagueante.
VIII
Del agua el murmullo viene a mi memoria,
de aves el arrullo que cantan a Gloria.
Como el canto octavo de aquellas cascadas
muestra el toro bravo su piedra angulada.
IX
Te veo vigilante con tu fortaleza,
épocas de bajante, irradiando belleza;
y es una belleza recordar lo amado
traer sutilezas de nuestro pasado.
X
Junto al paterno río la gran gesta del Ayuí
el Éxodo como albedrío eligió cruzar allí.
Hidalgo dejó a su paso un himno de libertad
llamando en un abrazo reunidos al Salto volad.
XI
Hoy el paisaje ha variado, el salto que me dio nombre
su lugar ha dejado, a una gran obra del hombre.
Mole de hormigón armado la represa cual gigante
a Concordia me ha hermanado y hoy eres la vigilante.
XII
Recuerdos que brotan como manantiales
que vuelan y botan ya son naturales.
Siguen los recuerdos y aquellos tranvías
con su paso lerdo aún se ven sus vías.
XIII
Las fiestas en las “Aromas”, sus bailes y romerías
los Rippers, aquellas bromas, reinaba la algarabía.
Esas damas elegantes que al Teatro concurrían
bailando como diamantes abanicos y pedrería.
XIV
Pléyade de inmigrantes que brindaron sus oficios
un trabajo de gigantes como nuestros edificios
un trabajo tan augusto y el legado de un estilo
de compartir el buen gusto, es así como asimilo.
XV
Nuestra fecunda cultura, hablo de todas las ramas
en los tiempos aún perdura con su bien ganada fama,
han traspasado fronteras con un acervo muy alto
heroicos embajadores orgulloso ser de Salto.
XVI
El ferrocarril expreso, el muelle y el saladero
mojones de mi progreso y los bellos astilleros.
Esos barcos a vapor con fuego de Prometeo
navegando sin pudor el Salto y el Montevideo.
XVII
Vorágine de naranjales que por doquier han brotado
nos han hecho industriales y se exporta a todos lados.
Los viñedos aún conservan su prestigio lugareño
y los campos se reservan trabajo con mucho empeño.
XVIII
Entonces te pido, querido salteño,
sintiéndote ungido, que cumplas mi sueño.
Y tu sabiduría al verte pujante
prudencia y trabajo, tenaz y vibrante.