Un mes atrás en estas columnas sosteníamos que los uruguayos tenemos ganado lo más importante: la democracia.
Mañana más de dos millones de uruguayos votaremos para elegir presidente de la República y al caer la tarde ya sabremos definitivamente quien será el sucesor del Dr. Tabaré Vázquez.
Lo haremos con nuestra mejor intención de llevar al gobierno del país a la mejor propuesta, a los mejores hombres, a los que nos merezcan más confianza, aunque seguramente no coincidiremos y es bueno que no coincidamos en todo, porque los regímenes donde no es posible discrepar libre y abiertamente terminan siendo lamentables.
No lo queremos para nuestro país.
Cada uruguayo tiene su forma de pensar, sus ideas, sus parámetros para depositar la confianza en una persona, en un líder político, en una propuesta y eso es muy bueno.
Lo más importante es respetar y respetarnos, aunque no compartamos las ideas. Esto es lo que debemos conservar por encima de cualquier resultado, porque el próximo lunes 30, tendremos que seguir dándole forma a este paisito entre todos los uruguayos.
Aún cuando obviamente habrá una ideología, una forma de conducción del país que será la ganadora, al contar con la aprobación de la mayoría de los ciudadanos, sería un error muy grande y soberbio creer que esta circunstancia otorga el derecho de menospreciar y “ningunear” a quienes no piensan igual.
Lamentablemente este error se ha cometido en décadas pasadas y es parte de algunas de las consecuencias que estamos pagando hoy.
Respetar a la oposición, darle el lugar que le corresponde, no por piedad, sino por derecho adquirido, es un signo de nobleza que engrandece tanto a quien lo adopta como a quien lo recibe.
Esta es la forma de construir el Uruguay que queremos, el del debate, el del intercambio de ideas, el del control del poder y de la administración de los bienes del Estado, por parte de órganos que tengan ineludiblemente la participación que corresponde a la oposición.
El país de nuestros hijos, de nuestros nietos, para quienes queremos lo mejor.
¡Ojalá así lo entendamos todos!.
