“Salto quizás sea el departamento donde menos haya llegado la mano del gobierno debido a un intendente ausente que no se ha dejado ayudar”
Nos conocimos con el senador Sebastián Da Silva en una de sus tantas visitas a Salto, esa tarde cerca del mediodía hacía tanto calor que terminamos haciendo la nota en un boliche al lado del diario. El intenso calor volvió a estar presente en la oportunidad que acompañaba al precandidato presidencial de su partido Álvaro Delgado, por eso esta vez tuvimos la charla en la Recova del Hotel Salto acompañados por un rico jugo de naranja.
– ¿Cómo se logró amalgamar el Espacio 40 con el grupo de los Intendentes dentro del llamado Espacio País?
– Muy bien, nos complementamos mucho. Desde el punto de vista electoral más que sumar es multiplicar, nos da una profundidad realmente sólida a la hora de poder pensar en listas al Senado. La 40 es la lista más fuerte en Montevideo, tenemos un grupo enorme junto con el grupo de los Intendentes en Colonia, Cerro Largo, Canelones y Maldonado. Vamos a definir los diputados en por lo menos 12 o 13 departamentos del interior con esta unión, eso nos da una participación que no es testimonial. El ejemplo más claro es Lucía Minutti. Si en Salto logramos amalgamar todo lo que es la vieja guardia de Botana y Antía con Javier García, más todo el ruralismo que a nosotros nos apoya mucho y que de repente en otras elecciones votó a otro partido, Lucía tiene grandes chances de ser una de las candidatas que defina la diputación por Salto. Lo hicimos porque la 40 es el paso siguiente que se tenía que hacer para incidir en el gobierno de Álvaro Delgado con tres o cuatro senadores. Ese es nuestro objetivo.
– Se viene una campaña electoral un poco intensa…
– ¿Un poco? (risas)
– … por lo que se está viendo en este momento, con duros cuestionamientos de la oposición al gobierno y a su candidato que es Álvaro Delgado.
– Sí. Lo que no podemos permitir es que nos siga pulseando el peor Frente Amplio. Muchas veces en la vorágine de gobernar dejamos que hagan esa pulseada, y muchas veces se prefiere avanzar en la gestión y no responder. Fuimos pocos los que respondimos durante estos cinco años, pero bueno, ahora en la campaña ya vimos a un Álvaro mucho más firme a la hora de desmentir el relato frentista, a la hora de hacerle ver a la gente en blanco y negro las cosas que se han hecho, y también asumir algunas cosas que también pueden estar pendientes. Salto quizás sea el departamento donde menos haya llegado la mano y el estilo del gobierno, pese a los esfuerzos, debido a una enorme cantidad de circunstancias que pasan por un intendente ausente y que no se ha dejado ayudar, por un Salto que ha cambiado drásticamente en los últimos 15 años y en donde uno no puede proyectar cosas como hemos podido ver en Treinta y Tres, que era una zona con un desarrollo humano menor en comparación con otros departamentos, y que con cuatro o cinco cosas se ha encaminado.
El tema Salto yo lo tengo pendiente porque Salto es el ADN del emprendedurismo. Yo vine acá en el 2003 a abrir La Caballada con la familia Sierra, y era otro Salto totalmente distinto al que encuentro hoy. Y no porque haya cambiado el ADN, es porque pasaron cosas en el medio que uno desconoce. Hay que apelar a esa fibra salteña, esa república autónoma y autosuficiente como siempre fue el salteño. Hay un liderazgo desde lo departamental que no se tuvo y que hoy tienen este Salto que es simplemente apelar a ese orgullo salteño para que salga adelante, porque es un departamento inmensamente rico.
– ¿Cuál es para usted la principal fortaleza de la candidatura de Álvaro Delgado?
– Es el brazo ejecutor de las políticas de Luis Lacalle Pou. Luis no hubiese sido el presidente que es si no lo tuviera a Álvaro al lado, y eso la gente lo sabe, en las buenas por supuesto, pero Álvaro es mejor para las malas. El mejor Álvaro se vio en las crisis, y ese banco de prueba para el Uruguay que se viene es absolutamente imprescindible. Es el único que conoce de verdad las grandes ligas, estuvo al lado de la zona donde se definen las cosas en momentos enormemente complicados.
– En la conferencia de prensa que acaban de dar se ve a un partido y a un gobierno eufóricos por los datos que están dando. ¿Este gobierno tiene autocrítica?
– Tiene sí. El problema es que nos vemos tan eufóricos porque nos comparamos con lo que tenemos enfrente, y son muy malos. Si el Frente Amplio hubiese elegido a Radi, por ejemplo, nos hubiese exigido más, pero el Frente Amplio elige al peor Frente Amplio. Yamandú Orsi y Carolina Cosse tienen una vulnerabilidad intransferible, eso también nos hace entrar en una zona de confort en donde es más fácil confrontar que con un Radi o con alguna persona de izquierda con una estatura como la que han tenido tradicionalmente los frentistas.
El tema de la seguridad es una autocrítica pero positiva porque mejoramos todo, pero de todas maneras sabemos por qué las cosas no se han modificado. Y el tema de las políticas de todo lo que se vivió en el litoral el año pasado, la realidad llegó mucho antes que las decisiones de los escritorios de Montevideo. Todo ese impacto enorme que tuvo en dentistas, psicólogos, los cumpleaños de 15 o el de los gurises, lo que es la pauperización de los comercios del litoral, a eso llegamos tarde. Podríamos preguntarnos, ¿qué hubiésemos hecho? Era muy bravo detener esto, lo que seguro no hicimos fue cerrar todo porque sabemos el búfer que es social, más en un departamento de ingreso bajo como es Salto, pero podríamos haber hecho otra cosa.
– Su persona ha tomado un importante protagonismo en la defensa del gobierno. Cuando lo conocimos hace unos años en una de sus visitas a Salto tenía un perfil más bajo, ¿cómo se ve en esta nueva faceta en la actividad partidaria?
– Cuando juré en el Senado me propuse ser el Senador del campo, defender un estilo de vida del campo uruguayo entendiendo que el que tira el lazo como el chacarero de acá de Salto o el arrocero que está más allá o del tambero. Pero bueno, es uno y las circunstancias, como dice Ortega y Gasset. Me obligaron a estar adelante en la defensa en momentos muy embromados donde la oposición usó todo tipo de argumento rastrero, donde se hizo un referéndum de mentiras, y bueno, acá estoy yo. Ellos no pueden pegarme porque no soy un político profesional y porque no oculto nada de lo que hago, eso les duele bastante y además, no dependo de la política para vivir, entonces no mido si es políticamente correcto o si da más o menos votos un argumento. Somos todos hijos de nuestro tiempo. Soy muy amigo del Presidente de la República y mi rol como amigo es no ser amanuense sino decirle las cosas como son.
– ¿A Salto viene solo cuando hace calor? (Risas)
– Al menos cuando converso contigo. He venido a Salto durante las heladas duras, pero por hache o por be contigo siempre nos toca solo con el calor (risas). En el shock de riego que vamos a hacer con Álvaro Delgado, todo el litoral del lago de Salto Grande tiene que tener un rol preponderante. Aquel Espinillar modelo hoy es más fácil reeditarlo sin tanto aparato estatal, es dando agua con sistemas nuevos. Tenemos mucho para pensar. Acordate que sobre el lago de Salto Grande la mayoría de esos campos son buenos, no es como un campo de basalto en Arapey, la mayoría de esos campos, si adapta lo que hoy es la realidad de mercado, el ingreso del sorgo a China, uno puede generar una revolución grande. Teniendo el agua y la habilitación para poder usar esa agua para regar, tenemos mucho. Salto tiene las invernadas Itapebí que son una maravilla. Tiene una cultura triguera y arrocera que es una maravilla. Y no olvidemos la cultura ovejera salteña. Hay mucho, acá hay un rescate del ADN del salteño, que es gente emprendedora, autosuficiente, que no dependía tanto de Montevideo ni de los gobiernos ni del Intendente, ni del padre de Lucía ni de Malaquina. El salteño tiene esa fibra que debe recuperar.
– La última palabra es suya.
– La comparación odiosa que siempre es con Paysandú, porque siempre hubo pica, recuerdo todo aquel proceso de desindustrialización de Paysandú y como acá en Salto había pleno empleo, entonces, ¿por qué llegamos a esto? Hay que recuperar el liderazgo a los salteños, que tiene que ser autosuficiente, que no dependa de las prebendas estatales. El salteño tiene en sí mismo gente suficiente como para poder ser exitoso. La excepción del éxito salteño son estos últimos 15 años, el resto siempre fue un departamento de avanzada para el montevideano. Entonces, tenemos que lograr volver a cuando el Intendente Eduardo Minutti gobernó, o Malaquina, porque lo que hoy se está viviendo es una excepción, y si llegamos a ganar, que vamos a ganar, tenemos que ir por ese rumbo, porque no es con políticos, es apelando al emprendedurismo del salteño. Esa debe ser la revolución cultural que tenemos que reimponer.
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PERFIL DE SEBASTIÁN DA SILVA
Casado, tiene 3 hijos.
Es del signo de Géminis.
De chiquito quería ser agrónomo o abogado.
Es hincha de Nacional.
¿Alguna asignatura pendiente? Ganar el gran campeón criollo en el Prado.
¿Una comida? Matambre a la leche.
¿Un libro? El discernimiento ignaciano.
¿Una película? Gladiador.
¿Un hobby? Los caballos criollos.
¿Qué música escucha? Caramelo surtido.
¿Un día de la semana? El jueves.
¿Qué le gusta de la gente? La sinceridad y lo que me enseña.
¿Qué no le gusta de la gente? La falsedad.