Por estos días ha trascendido la investigación que el Ministerio del Interior ha iniciado supuestamente con el propósito de conocer ¿quién proporciona la información que da a conocer el colega coterráneo Eduardo Preve?
En este sentido entendemos que si se limitará a investigar la posible fuente de Preve, no estaríamos en desacuerdo, porque en realidad el Ministerio lo puede y lo debe hacer. Pero nos rechina el hecho de que haya trascendido información referida a los hijos del periodista y al padre del periodista.
No corresponde y a nadie puede pasar desapercibido. ¿A quién se investiga y a quien se quiere sancionar? ¿Qué es lo que se quiere saber? No hemos visto que en esta ocasión el poder político se haya sentido amenazada.
Interesa descubrir la fuente ¿o lo que interesa es sancionar a quien tiene la osadía de dar a conocer acciones irregulares celosamente guardadas? Se entenderá a hora porque no nos adherimos a las salutaciones del Día de Libertad de Prensa, o de los periodistas. Es que sencillamente no consideramos que realmente sean verdaderas.
En el caso que nos ocupa hay un delito gravísimo, mucho más de la fuente de Preve y que no se menciona ni parece inquietar a nadie o es que el acceso a “el guardián” es libre y puede consultarlo el policía que quiera?
¿No se restringía su utilización a la orden (para nosotros debe ser la presencia) de un juez? ¿Cómo se pretende que la población confíe luego en la policía (la institución no es la responsable), si guarda y protege a individuos que se manejan fuera de la ley?
Y aquí la crítica va para todos los organismos de control, desde la Justicia, hasta sus colaboradores policiales, lo que está mal, está mal y lo que es ilegal debe ser investigado y sus responsables deben ser sancionados.
ES válido y legal que se revelen los datos de familiares del periodista? ¿No es este un intento de amedrentar? ¿Se busca saber si la información revelada era verdaderamente reservada? ¿Se cumplieron todos los requisitos que la ley establece para considerar con esta característica un tema o información?
Donde ha quedado aquello tantas veces invocado a la ligera de que ¿sin periodismo libre no hay democracia? No hay en el país instituciones periodísticas?
La verdadera democracia tiene la palabra en tanto toda nuestra solidaridad con el colega.
Alberto Rodríguez Díaz
