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martes, diciembre 30, 2025

Santiago Silva. Salteño. Boston River. Colombia… y el futuro más allá de Los Andes

Cuando pa’ Chile se va

No deja de valorar a Martín González, porque fue el arquero entrenador, “que me enseñó todo lo básico y más para ser arquero. A él le debo buena parte de lo que soy. Por eso, cada vez que vengo a Salto, ir a saludarlo es algo que siento que debo hacer. Pero lo hago desde el corazón y la gratitud hacia él”.


Santiago Silva emigró algunos años atrás, después de jugar incluso en selecciones salteñas. De última en Boston River, hasta que el llamado surgió desde Colombia, para enrolarse en el América, con la orientación técnica de Jorge «Polilla» Da Silva.

La situación interna de Colombia no es menos que compleja. La inseguridad se transforma en moneda corriente. El ciclo de Santiago finalizó hace algunos días y remarcó su reconocimiento al América de Cali.

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Ahora el futuro es el fútbol de Chile. Será uno más en el Club Deportivo Universidad de Concepción. Es el destino. Es el futuro inmediato. Antes jugará la Copa Río de la Plata, en Montevideo y Maldonado. Hasta que llegará el momento de atravesar la Cordillera de los Andes.

El futuro de «Santi» está allá. La dimensión del arquero que es. “Silva-ndo” el nuevo fin.
El discípulo de Martín González. El que lo modeló. A ese Santiago… ¡el que respondió!

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🏘️ Barrio Albisu. Horizonte y DT

“Que no se vaya”

En el 2024, Independiente se convertía en Campeón de la Liga de las Colonias Agrarias. Barrio Albisu Fútbol Club, con la espina clavada: lo que pudo ser y no fue. Por eso, esta edición 2025, “tuvo para nosotros un sabor a revancha bien entendido”.

El presidente de Barrio Albisu, Juan Antonio Da Silva, traza el resumen en EL PUEBLO, dándole vuelo a este tiempo campeón, como en aquel 2023. La noche de la consagración después del último 2 a 2, y capitalizando la caída de Cizaña por 4 a 3.

Para la dirigencia de Barrio Albisu, “los pies que tenemos en la tierra, por eso no vamos a jugar en la Divisional «A» de la Copa de OFI. Pero iremos a la «B». ¿Cuál objetivo de primera?: tenerlo a Luis «Cono» Martínez en la Dirección Técnica. Tuvo demasiado que ver con este título. Es un notable formador de grupo. La verdad es una: que no se vaya. Ese tiene que ser el punto de partida y no otro”.

⚽ Sergio «Bocha» Santín. El de los 64 goles de penal

Aquella zurda de oro

Zurda prodigiosa, cabeza siempre levantada, talento para crear y una prestancia natural que iluminaba la cancha. Así se recuerda a Sergio Santín, ese exquisito “10” que no solo jugó al fútbol, sino que supo conducirlo, como quien lleva el timón con serenidad y sabiduría.

Sergio Santín nació en el departamento de Salto, el 6 de agosto de 1956. Desde muy chico le dijeron “Bocha”, porque pasaba las horas persiguiendo una pelota que parecía ser extensión de su propio cuerpo. Allí, en su tierra natal, comenzó a escribir una historia que lo llevaría a ganarse un lugar eterno en el corazón danubiano.

Su camino futbolístico se inició en el Club Atlético Universitario de Salto, hasta que el destino lo condujo a Danubio. Con la franja negra cruzándole el pecho debutó en 1977 y la defendió en alrededor de 130 partidos, dejando una huella profunda, de esas que no se borran con el tiempo.

Con Danubio fue subcampeón de la Liguilla de 1977 y protagonista de una página histórica: la primera clasificación del club a la Copa Libertadores de América, tras vencer a Nacional en una finalísima inolvidable. En 1978 recibió el Balón de Oro a la “Revelación” del fútbol uruguayo, distinción otorgada por el recordado diario El Día. Un año más tarde, volvió a ser pieza clave en el vicecampeonato del Torneo República de 1979.

A mediados de 1980 emprendió su camino en el fútbol colombiano, donde brilló durante más de una década y dejó una marca imborrable. Allí construyó números impresionantes y un récord que aún permanece intacto: 64 goles de penal, nadie convirtió tantos. Disputó 451 partidos y anotó 119 goles, defendiendo las camisetas de Deportivo Pereira, Cúcuta, Atlético Nacional, América de Cali y Once Caldas. También tuvo pasos por Peñarol, en la temporada 1984–1985, y por el Santos de Brasil en 1986.

Su talento lo llevó también a la Selección Uruguaya. Disputó 18 encuentros con la celeste. Debutó en 1980, convocado por Roque Máspoli, en un amistoso frente a Perú, siendo aún jugador de Danubio. Seis años más tarde, bajo la conducción del Profesor Omar Borrás, cumplió el sueño mayor: representar a Uruguay en el Mundial de México 1986, jugando todos los partidos.

Cuando colgó los botines, el fútbol siguió siendo su casa. Se formó como entrenador, trabajó en equipos colombianos y luego integró el cuerpo técnico de su amigo Ricardo Gareca, aportando experiencia, conocimiento y la misma humildad de siempre.

Sergio Santín fue mucho más que un gran futbolista. Fue conductor, referente y ejemplo.

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