Cuando se habla de desarrollo regional, muchas veces se piensa en infraestructuras viales, industrias o grandes inversiones. Sin embargo, en el mundo contemporáneo, el motor de crecimiento también se encuentra en el conocimiento y en la capacidad de una ciudad para convertirse en un polo educativo. Salto, con su amplia oferta de enseñanza terciaria y universitaria, ha dado pasos importantes para posicionarse como una verdadera ciudad universitaria, y ese camino no solo impacta en la formación académica, sino que también abre las puertas a un turismo de nuevo tipo: el turismo universitario.
El ejemplo paradigmático de este modelo es Salamanca, en España, donde la universidad no solo ha sido motor de cultura y conocimiento durante siglos, sino también una de las principales fuentes de desarrollo económico y turístico. Cada año miles de estudiantes extranjeros llegan atraídos por la calidad académica y, al mismo tiempo, generan un movimiento que dinamiza comercios, servicios y cultura. La ciudad entera se organiza alrededor de la universidad, y la universidad es, a su vez, el corazón que late en la vida social y económica de Salamanca.
Salto tiene la posibilidad de caminar en esa dirección. Ya es un centro de referencia en la región por la presencia de facultades, centros de investigación y una creciente comunidad estudiantil que elige la ciudad para formarse. Pero convertir esa potencialidad en una verdadera estrategia de desarrollo requiere más que edificios o matrículas. Hace falta gente preparada, con visión y objetivos claros, capaz de integrar la universidad con la comunidad, de vincular la formación con el sector productivo, y de generar actividades culturales, científicas y de extensión que consoliden la identidad de Salto como ciudad universitaria.
Existen eventos que ya marcan ese camino, como los congresos de Facultad de Derecho, los científicos de medicina y psicología, las jornadas de extensión agrícola y ganadera, las actividades de la Facultad de Arquitectura, los encuentros culturales, musicales, teatro, promovidos por la Universidad de la República y la Universidad Católica, o la Feria del Libro que ha tenido fuerte presencia universitaria. En especial, los congresos organizados por la Facultad de Derecho se han transformado en instancias de gran prestigio, con un nivel académico destacado y con la activa participación del Centro de Estudiantes y de asociaciones que colaboran con entusiasmo en la organización, aportando logística, convocatoria y un espíritu de comunidad que refuerza la vida universitaria en Salto. Sin embargo, todos estos espacios necesitan mayor apoyo institucional y coordinación para convertirse en motores visibles de un turismo académico que coloque a Salto en el mapa, no solo nacional sino también regional y es necesario que el Ministerio de Turismo apoye y la Intendencia de Salto sea el nexo con los organismos de apoyo internacional que existen.
El ex Intendente de Salto Esc. Eduardo Malaquina supo señalar que “la Regional Norte es una de las más grandes apuestas de futuro que tiene Salto, porque une educación con desarrollo”. En la misma línea, el expresidente Jorge Batlle afirmaba que “la descentralización universitaria es clave para que el interior tenga igualdad de oportunidades y potencie su propio crecimiento”. Ambas frases son recordatorios de que el camino está trazado desde hace décadas, pero todavía queda mucho por recorrer.
El turismo universitario puede convertirse en un nuevo eje de desarrollo, no solo porque atrae estudiantes y académicos del país y del exterior, sino porque multiplica oportunidades para el comercio, la gastronomía, el alojamiento y la cultura. Cada estudiante que llega a Salto no es solo un alumno más: es también un visitante, un consumidor y un potencial embajador de la ciudad.
Por eso el desafío no es solo académico, es político y social. Requiere del compromiso de las autoridades departamentales, de las universidades públicas y privadas, y de los actores económicos y culturales para diseñar un plan común. Salto debe dar un paso firme hacia su consolidación como ciudad universitaria, apoyando los eventos que ya existen, como los congresos de Derecho y las múltiples actividades de investigación y extensión, generando nuevos espacios de intercambio y articulando esfuerzos para atraer más estudiantes y académicos. El conocimiento y la educación, junto con la juventud que dinamiza la vida urbana, son la base de un modelo de desarrollo que puede proyectar a Salto al futuro con identidad propia. Se soñaron desde la Noche de los Azahares para atraer estudiantes hace más de 60 años ahora necesitamos despegar y concretar este camino para el desarrollo y mejor futuro de Salto Ciudad Universitaria. GECS.