En el marco de las celebraciones por el Bicentenario de la Independencia Oriental, se viene gestando una iniciativa cargada de historia, identidad y compromiso con nuestras raíces, la Primera Marcha Salto-Laureles.
Esta actividad, organizada por un grupo de ciudadanos comprometidos con la tradición, dará inicio el viernes 22 de agosto y recorrerá caminos cargados de memoria, símbolos patrios y encuentros entre generaciones.
Ramón Rosconi, referente del grupo organizador, docente retirado y vecino de la zona de Laureles, es una de las voces impulsoras de esta marcha histórica. Con la emoción que le provoca volver a las raíces de su infancia y su carrera educativa, comparte los detalles de esta marcha que, según sus palabras, «no salió por casualidad».
“En el marco del Bicentenario de la Independencia Oriental vamos a realizar, que hemos tenido el apoyo para hacerlo, la primera marcha Salto-Laureles. No es la primera actividad que hacemos”, cuenta Rosconi, recordando otras instancias similares organizadas anteriormente, como la marcha Guayabos-Paso Potrero. También anticipa futuras participaciones, como la marcha prevista para octubre desde Fray Bentos hasta Sarandí Grande, en homenaje a las batallas del Rincón y de Sarandí, claves en 1825 para la emancipación oriental.
“Pero específicamente esta marcha, la primera marcha Salto-Laureles, no salió por casualidad, es algo que lo teníamos en mente hace mucho tiempo y no lo podíamos concretar”, afirma Rosconi, quien destaca que este año se logró gracias al respaldo de instituciones como la Jefatura de Policía de Salto, el Batallón Ituzaingó de Infantería N.º 7 y vecinos comprometidos con la causa tradicionalista.
¿Por qué Laureles?
La respuesta está en la historia personal del propio Rosconi. “Hace varios años que ahí, desde 2013 o 2014, se iniciaron, en el momento que yo era inspector de la escuela No. 30 , actividades vinculando escuelas urbanas y rurales y haciendo actos patrioculturales con desfiles de jinetes y de niños”, recuerda con cariño. Aunque ya jubilado, Rosconi continúa participando activamente en la organización de estos eventos, manteniendo viva la llama del compromiso cívico y educativo.
La marcha tendrá su punto de partida el viernes 22 a las 7:30 de la mañana en el Batallón de Infantería N.º 7. Desde allí, los jinetes y acompañantes se dirigirán a la escuela N.º 3, donde los alumnos entregarán los pabellones patrios que acompañarán a los marcheros hasta Laureles. Esta actividad se entrelaza con una iniciativa epistolar que une a varias escuelas del departamento, revalorizando el rol del chasque como mensajero de la historia.
“Nosotros vamos a ser una especie de chasques, de mensajeros, en estos momentos que supongo van a ser de mucha emoción, tanto para los niños como para los adultos que vamos a participar”, señala Rosconi. La marcha prevé paradas en distintas escuelas, como la N.º 119 y la N.º 56 de Tropezón, donde niños y exalumnos entregarán cartas y mensajes que simbolizan la unión entre generaciones y el compromiso de mantener viva la historia nacional.
La logística de la marcha incluye pernoctes y comidas tradicionales. El viernes al mediodía, el grupo almorzará y descansará en la estancia San Gregorio, gracias a la hospitalidad de la familia Tellería. El sábado 23 continuará la marcha, y al mediodía se compartirá un guiso de charque en Paso Fialo, en casa de Horacio Frola, otro gesto que refuerza el espíritu comunitario y la revalorización de las costumbres criollas.
Está previsto que el arribo a Laureles ocurra el sábado por la tarde, alrededor de las 16:00 horas. El domingo 24 será el momento más solemne, con la participación de los marcheros en el desfile cívico-tradicionalista junto a las escuelas locales, seguido por un almuerzo comunitario que cerrará la jornada. Posteriormente, comenzará el regreso hacia Salto, ya con los caballos embarcados para facilitar el traslado.
Pero la participación de este grupo no culminará allí. El lunes 25 de agosto, Día de la Independencia, también dirán presente en el desfile de la ciudad de Salto, reafirmando su compromiso con la conmemoración de los 200 años de la independencia oriental.
La marcha Salto-Laureles es una travesía por la memoria, un puente entre escuelas, generaciones y territorios. Es un homenaje a los valores de la independencia y una expresión viva del vínculo entre identidad, educación y comunidad. Y sobre todo, es un ejemplo de cómo la historia se puede volver presente cuando se vive con el corazón y se transmite con pasión.