La extinción de los oficios

Internet constituye un medio de comunicación masiva maravilloso, nunca se ha tenido un medio tan completo y de tan fácil acceso a las “masas” de población, que incluso cada vez más van teniendo lugares físicos de los que acceder libremente a ella.
Al mismo tiempo la existencia de Internet representa un motivo de preocupación en materia de comunicación social, desde el momento que tiene una altísima incidencia en los sectores más jóvenes de la población, desde la infancia hasta la juventud.
En cambio en la población más madura,  la incidencia comienza a diluirse, al punto que entre las personas de más edad, digamos pasando los 70 años, aún cuando tengan formación profesional, son sólo excepciones las que se han integrado a la informática, con sus permanentes cambios,  reacomodos, actualizaciones y similares.
Significa que por autoexclusión, o por otras particularidades, las generaciones de más edad, las que en muchas sociedades antiguas eran consideradas “sabias” por la sola experiencia que reunían, hoy están quedando al margen. Se está perdiendo inexorablemente la experiencia, la acumulación del conocimiento y hasta el perfeccionamiento que da la práctica en materia de oficios, al interrumpirse la cadena de transmisión de conocimientos empíricos, esto es basada en la experiencia trasmitida de generación en generación.
Sería torpe negar el revolucionario aporte que ha significado la informática en materia de comunicación, aún cuando el alcance que ha tenido hasta hoy tiene limitaciones, que es bueno decirlo se han ido disminuyendo y están relacionadas exclusivamente a posibilidades económicas.
Pero como toda herramienta, debe ser usada debidamente y para la función que se la ha creado, porque también tiene sus inconvenientes.
Uno de ellos, es precisamente, saber diferencias entre la buena información y lo demás.
En Internet hallamos las “recetas”, pero obviamente que tiene los mismos inconvenientes de una educación a distancia, donde no siempre el maestro está disponible para evacuar una consulta y una dificultad mal resuelta puede llevar a una frustración.
De todas formas, vemos que la informática es otra de las herramientas tecnológicas que van en el mismo sentido. Esto es, contribuye a la instalación d eun mundo “desechable” de cuestionable calidad, mientras que el valor de todo lo provenientes de los oficios manuales, ha ido perdiendo vigencia.
Si hoy recorremos la ciudad, quizás nos sorprenda el escaso número de artesanos que hallamos, reposteros, confiteros, zapateros,  talabarteros, herreros, muebleros, de mucha fama y mucha vigencia en un par de décadas atrás, son una especie en extinción en nuestros días…
Y no pretendemos afiliarnos a aquella afirmación ligera de que “todo lo pasado fue mejor…”, pero en esto, seguramente que es perfectamente aplicable.
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