El Club Sportivo Rodó Inclusivo impulsa en Salto una jornada de formación con el médico argentino especializado en síndrome de Down, Dr. Moreno, reafirmando su compromiso social y educativo.
Se habla mucho de inclusión, pero para incluir hay que saber. Si no conocemos, si no comprendemos, es como si el tema no existiera. No podemos hablar de empatía sin herramientas
— Gabriel Rosconi, presidente del Club Sportivo Rodó Inclusivo

En Salto, el Club Sportivo Rodó Inclusivo volvió a ser protagonista. Esta vez no por un triunfo en la cancha, sino por una conquista mucho más significativa: la de la conciencia social. Bajo la consigna “la inclusión comienza con el conocimiento”, la institución liderada por Gabriel Rosconi promueve una instancia de formación inédita en la ciudad. Este sábado, en la sede de la Universidad de la República (UDELAR), se desarrollará una charla a cargo del Dr. Moreno, pediatra argentino especializado en síndrome de Down, reconocido internacionalmente por su trabajo en América Latina, Europa y Estados Unidos.
La iniciativa surgió de una propuesta de Gonzalo Trindade, padre de Nicolás, uno de los pequeños que integran el plantel de fútbol inclusivo del club. Su inquietud fue tan sencilla como potente: traer a Salto a un profesional de referencia para aprender, informarse y generar herramientas reales de inclusión. La respuesta del presidente del club, Gabriel Rosconi, fue inmediata: “Le dije que sí enseguida, que contara con todo mi apoyo y el del Rodó Inclusivo para hacerlo posible”. Así comenzó a gestarse una actividad que va mucho más allá de una conferencia médica: busca derribar prejuicios, fomentar la empatía y construir conocimiento compartido.
Rosconi lo resume con claridad: “Se habla mucho de inclusión, pero para incluir hay que saber. Si no conocemos, si no comprendemos, es como si el tema no existiera. No podemos hablar de empatía sin herramientas”. En esas palabras se concentra el espíritu del evento, que está pensado para docentes, asistentes, profesionales de la salud, familias y todo aquel que desee aprender más sobre el síndrome de Down y la inclusión.
Muchas veces se reclama empatía, pero no se brindan herramientas. Nosotros queremos hacerlo distinto: ofrecer conocimiento, sensibilizar y enseñar. Después, si hay que señalar lo que está mal, se hace, pero primero hay que educar
El encuentro se desarrollará desde las 8:30 de la mañana hasta el mediodía, con un aforo máximo de 250 personas. La inscripción tiene un costo simbólico de 500 pesos, que incluye acceso y certificado de participación. Sin embargo, lo más valioso no está en el papel, sino en la experiencia: escuchar a un médico que ha dedicado su vida al acompañamiento y desarrollo integral de personas con síndrome de Down desde un enfoque humano, empático y profundamente vocacional. “Es un hombre sencillo, humilde, transmite paz y lo hace desde el amor, y eso se nota”, destaca Rosconi.
La organización de la jornada es, como todo en Rodó Inclusivo, un esfuerzo colectivo. A la propuesta de Trindade se sumaron Guillermina Sirio, Paola Silva —referente de la Asociación Síndrome de Down y del propio Rodó—, Martín del grupo CEDIRP, y la UDELAR, que cedió sus instalaciones de forma gratuita. También colaboran empresas e instituciones locales, como Hotel El Acuario, Guarino, Barraca Daymán, Mercado 18 de Pamparato y varios profesionales de la salud. “Hacía falta que alguien levantara el centro, y el gol lo hacen todos los demás”, resume Rosconi, apelando a la metáfora futbolera que lo identifica.
El Rodó Inclusivo nació con una pelota y una idea: que todos los niños y jóvenes, con o sin discapacidad, pudieran compartir la pasión del fútbol. Hoy, ese proyecto inicial se ha transformado en un verdadero movimiento social. “Somos un club de fútbol, sí, pero también apostamos a lo social. Tratamos de brindar la ayuda que la comunidad necesita”, afirma su presidente.
El crecimiento del club ha sido sostenido y comprometido. En los últimos años, los equipos del Rodó Inclusivo participaron en la primera Copa Libertadores de América Inclusiva y en encuentros internacionales con equipos de Perú, Racing e Independiente de Argentina. Pero la expansión del proyecto no se detiene en lo deportivo. Actualmente, la institución está impulsando la formación de una cooperativa de vivienda, otro paso hacia la integración social real. “Todo surge de ver las necesidades de la gente. Dentro de nuestras posibilidades, tratamos de dar respuesta”, explica Rosconi.
Esa mirada amplia, que combina deporte, educación y comunidad, convierte al Rodó Inclusivo en un ejemplo de acción social. “Muchas veces se reclama empatía, pero no se brindan herramientas. Nosotros queremos hacerlo distinto: ofrecer conocimiento, sensibilizar y enseñar. Después, si hay que señalar lo que está mal, se hace, pero primero hay que educar”, subraya el dirigente.
El entusiasmo en torno al evento es evidente: ya hay más de cien inscriptos y se espera un lleno total. Médicos, docentes, instituciones educativas y deportivas se han sumado con entusiasmo. “Hay una necesidad real de formación en Salto. Lo vemos en la respuesta de la gente, en las familias, en los profesionales. Todos entienden que este tipo de encuentros son los que ayudan a cambiar la mirada”, señala Rosconi.
La actividad culminará con un almuerzo de camaradería y una recepción en la Asociación Síndrome de Down, donde el Dr. Moreno compartirá un encuentro cercano con niños, jóvenes y familias. “Él quería tener ese contacto directo, mirarlos, escucharlos. Ese gesto dice mucho sobre su sensibilidad”, comenta Rosconi.
El trabajo de Rodó Inclusivo se ha transformado en una cadena de inspiración. Detrás de cada logro hay padres, voluntarios, profesores y empresas que creen que el deporte puede ser una herramienta de transformación social. “Todo empezó con una pelota, una camiseta y una cancha. Con eso ya estaba. Hoy estamos trayendo médicos, construyendo viviendas y generando conciencia”, resume emocionado Rosconi.
Este sábado, en la UDELAR, la cita es con la empatía. Rodó Inclusivo vuelve a demostrar que los verdaderos triunfos no siempre se celebran en el marcador, sino en el corazón de una comunidad que aprende, se compromete y se transforma.









