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miércoles, agosto 27, 2025

Río Negro en la escena nacional: disputas políticas y mediáticas marcan el inicio de la gestión Levratto

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Las primeras semanas de Guillermo Levratto en la Intendencia de Río Negro estuvieron marcadas por choques con el Partido Nacional en torno a cargos de confianza, monotributistas y la polémica participación del jefe de Policía en un acto político. La situación recuerda a la tensión vivida en Salto con el caso de los 292 funcionarios.

Choques desde el primer día

El arquitecto Guillermo Levratto, nuevo intendente de Río Negro, no tuvo el acostumbrado período de calma con que suelen comenzar los gobiernos departamentales. Tal como lo señala el portal Orilla y Media, desde su asunción se vio enfrentado a una oposición nacionalista activa que “se movió cómodamente en medios y redes con acusaciones y denuncias, infundadas o no, el tiempo lo dirá”.

Los primeros choques se dieron con el tema de los cargos de confianza: mientras el Partido Nacional difundía cifras elevadas de designaciones, el Frente Amplio insistía en que se trataba de ceses decididos en la administración anterior, lo que dejó al oficialismo en una posición defensiva.

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Monotributistas y pagos en disputa

Otro punto de conflicto fue la situación de los monotributistas, con acusaciones cruzadas entre las cifras oficiales y las difundidas por la oposición, que aseguraba que eran “tres o cuatro veces mayores”.

La polémica creció cuando se cuestionaron pagos a funcionarios que habían optado por retiro incentivado, generando fuertes reclamos sindicales y políticos. Para el edil frenteamplista Sergio Milesi, se trató de “un desorden originado en la administración anterior”, mientras que el Partido Nacional lo consideró un ataque a los trabajadores y una muestra de insensibilidad.

El jefe de Policía en el centro de la tormenta

La presencia del jefe de Policía Sergio Solé en una actividad política disparó la última gran polémica. La Departamental nacionalista advirtió que “los funcionarios policiales deben abstenerse, bajo pena de destitución”. Desde el oficialismo, el prosecretario general Álvaro Debali respondió en redes que Solé está retirado desde hace ocho años y, por lo tanto, no le aplica esa normativa.

El presidente de la Mesa Política del Frente Amplio en Río Negro, Óscar Terzaghi, fue más allá y acusó al Partido Nacional de interpretar de manera errónea la Constitución, manifestando su “solidaridad con el jefe de Policía injustamente cuestionado en su desempeño profesional”.

Una oposición sin tregua

Según Orilla y Media, lo que distingue a esta etapa es la intensidad: el Frente Amplio enfrenta “a una oposición dispuesta a no dejar pasar una, con referentes que encuentran eco en medios y redes”. Cada tema —desde cargos políticos hasta la situación de jubilados policiales— se convierte en motivo de denuncia o polémica pública.

Paralelismos con Salto: los 292 con apoyo sindical pero sin respaldo político.

Lo que ocurre en Río Negro encuentra un espejo cercano en Salto, donde la disputa por los 292 funcionarios contratados en la gestión de Andrés Lima marcó también un inicio turbulento para el intendente Carlos Albisu. En ese caso, el debate giró en torno a la legalidad de los contratos y las responsabilidades de la nueva administración, con acusaciones de persecución laboral y denuncias de clientelismo político, y un gremio agitando las aguas, más por temas electorales internos que otra cosa.

A diferencia de lo que sucede en Río Negro, en Salto la oposición prácticamente no se hizo eco de los reclamos sindicales en los medios, ni en las redes para amplificar el conflicto, lo que evitó que eso escalara y se convirtiera de un asunto administrativo en un símbolo de la disputa política, básicamente se limitó a un reclamo sindical al que la población no da mayor relevancia.

La diferencia podría radicar en que, en Salto, la discusión se centró en el número y la regularidad de los contratos, mientras que en Río Negro el foco se trasladó a la desprolijidad en los pagos y a la interpretación del rol de figuras públicas como el jefe policial.

¿Un laboratorio de la política uruguaya?

La situación de Río Negro revela cómo las administraciones departamentales se transforman rápidamente en escenarios de disputa nacional. Tanto en Río Negro como en Salto, las diferencias partidarias escalan con rapidez y dejan poco margen para la gestión cotidiana.

El desafío de Levratto será similar al que enfrentó Albisu: sostener la gobernabilidad en medio de un fuego cruzado político y mediático que convierte cada decisión en un capítulo de confrontación pública.

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