Un video filmado en ocasión de una agresión a tres policías, uno de ellos mujer, desató la ira de gran parte de la sociedad. Antes de todo queremos dejar bien claro que siempre hemos opinado que los delitos deben pagarse como corresponde y los hechos de violencia, constituyen un delito que debe ser erradicado definitivamente de la sociedad que integramos.
En esto no hay términos medios, pero veamos, es contraproducente opinar por una excepción cuando ésta como tal no representa fielmente lo que sucede a diario en el país. Es preferible hacerlo en forma global y este hecho es tan condenable como los excesos policiales, ya sean verbales o físicos y si alguien sostiene que no los hay no vive en nuestro país.
Tampoco es acertado opinar en virtud de estos casos, porque no dejan ser excepcionales. Sería temerario sostener que toda la Policía aplica excesos o es tan violenta como estos delincuentes, para nosotros son hechos excepcionales tanto los unos como los otros.
Vivimos en un país donde estos hechos felizmente llaman mucho la atención, precisamente porque son la excepción a la regla y en su consideración los medios de comunicación juegan un rol esencial.
Cuando se pide, se pide respeto al uniforme policial, creemos que es parcialmente equivocado. El respeto debe tenerse y aplicarse a todas las personas y no sólo a los que llevan uniforme.
Debe respetarse a los maestros, a los profesores y también a las demás personas que tienen derechos y deberes, como cualquier otro integrante de la sociedad.
Nadie ignora que los policías representan la ley y deben ser respetados como tales, pero para ello también deben respetar y no estamos hablando de ningún caso concreto, menos aún del más reciente, donde aparentemente ninguna incorrección, ningún exceso fue cometido por parte de los policías actuantes.
Pretendemos una Policía que respete y se haga respetar. Queremos una población que respete y se sienta respetada. Es lo que corresponde en una democracia que pretende ser ordenada, ostentar seguridad y poner a los delincuentes entre rejas.
No seríamos honestos con nosotros mismos, si no dijéramos que nos parecieron muy acertadas las declaraciones del presidente del PIT-CNT, al recordar que los policías también son padres, hijos, hermanos de alguien y parece que frecuentemente nos olvidamos de ello.
Ha sido un discurso valiente y comprometido. Realizado oportunamente y sin medias tintas. Si queremos tener una sociedad respetada, antes que nada debe ser respetuosa por parte de todos sus integrantes.
A.R.D.
