Ayer se comunicó con nuestra Redacción un grupo de amigos. Treintañeros más o menos todos. Estaban muy enojados por un episodio vivido en el ingreso a una cervecería, en la noche del viernes. Resulta que a una de las muchachas del grupo no se le permitió ingresar debido al short que vestía. Era un short grande, largo, muy similar al de un basquetbolista. “¿Qué tiene de malo eso? -se preguntaban- ¿eso no es un acto de discriminación injustificada?”.
También nos hablaban que la actitud del portero no habría sido muy cordial, que esas ropas están de moda, etc., etc. Lo cierto es que al ser un lugar privado, que se reserva el derecho de admisión, nosotros como medio de comunicación no tenemos ninguna solución; solo podemos comentarlo a modo de anécdota curiosa.
Desde calle Brasil en proximidades de calle Julio Delgado, nos dicen que las bicicletas circulando por encima de la vereda ya son cosa de todos los días. Pero al parecer no son niños jugando (como se podría pensar), sino personas adultas y a alta velocidad. Realmente temerario.
El río nos está dando una tregua, viene descendiendo y poco a poco las familias desplazadas de sus hogares podrán iniciar el retorno a ellos. Eso sí es una buena noticia. No son pocos los que recuerdan, con tristeza, aquellas fiestas tradicionales del año 2015 en el que la creciente hizo pasar muy mal a tantas familias.