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lunes, 10 de marzo de 2025
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Que quede claro, nunca compartiremos

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Alguna vez nos preguntaron si le haríamos una entrevista a Hitler para que explicara sobre qué ideas asentaba sus acciones.
La respuesta fue tajante y la seguimos manteniendo, nunca. Sabemos que en esto hay dos bibliotecas, quienes defienden la tesitura de que las ideas hay que conocerlas para saber a que atenerse. Así sean odiosas, aborrecibles, como las que inspiraban a Hitler y los que entienden que esto es precisamente lo que no se debe hacer.
Ud. dirá entonces porqué nuestra posición. Pues porque precisamente entendemos que quienes defienden esta ideología, buscan entre otros motivos sus minutos de fama. No seremos nosotros quienes se los concederemos.
Quienes alientan ideas criminales, son terroristas, extremistas, y no se detienen ante nada, siquiera ante la vida de los demás y no somos nosotros quienes difundiremos sus ideas o incluso sus acciones.
Si discutiremos su esencia, su irracional posición, que nada tiene que ver con la convivencia social.
Viene al caso dadas las amenazas que han sufrido varios de nuestros últimos gobernantes, entre ellos Mujica, Bonomi, Vázquez, Larrañaga y ahora el Presidente de la República, Dr. Luis A. Lacalle Pou.
Puede que no compartamos incluso sus ideas y sus acciones, pero ello no es suficiente razón para justificar siquiera las amenazas.
Entendemos que la libertad de opinión es un derecho del sistema democrático y así lo hemos entendido y defendido siempre, pero obviamente que todo tiene su límite, debido a que no se trata de insultar, difamar, mentir o amenazar abiertamente sin que pase nada.
La libre expresión del pensamiento, establecida en el artículo 29 de la Constitución de la República, no da derecho alguno a esto, sino que se ha establecido para discutir, deliberar, controvertir, pero sin insultos, sin agresiones verbales o no. Al menos así lo entendemos nosotros.
Tienen que saber, quienes cultivan esta ideología, que la ley establece claramente hasta donde llega el derecho y cuando se constituye un delito. Generalmente quien insulta, agrede o difama, sólo está demostrando que no tiene razón, que a falta de esta cae en el insulto soez, en las groserías.
Tampoco somos partidarios de considerar que se trata de “delirios” de gente enajenada, porque quien amenaza no cumple sus amenazas. Somos partidarios de llevarlos ante la Justicia y que sea ésta quien determine ante qué estamos.
Somos de los que consideramos que el Presidente de la República merece el mayor respeto, por la investidura del cargo que desempeña. No admitimos que se le falte al respeto, ni mucho menos que se lo insulte o difame…
Es lo que pensamos…
A.R.D.

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