EL PUEBLO dialogó con parte de la directiva del Sindicato Unico Nacional de la Construcción y Anexos (SUNCA) sobre la seguridad e higiene en las obras, la necesidad de atraer inversores privados a Salto y no depender tanto de la obra pública, el papel de la mujer en la construcción y la solidaridad de los trabajadores, que pasa por ayudar a sus propios compañeros que se vieron perjudicados por la última inundación o ayudando al niño Juan Gabriel a ver cumplido su sueño. Eduardo Arruda (presidente), Pablo Torrens (secretario general), Omar González (seguridad e higiene), Nelson Gómez (fondo social) y Gabino Silva (fondo social), hablaron de esta manera con EL PUEBLO.
– ¿Cómo está la seguridad laboral en Salto?
González- En algunas obras de empresas grandes están bastante bien implementadas con técnicos prevencionistas, pero hay obras chicas, principalmente de constructores que recién empiezan que ahí está costando un poco adaptarse al sistema de seguridad. Sin duda que se trata de un tema muy amplio, profundo y nosotros siempre que vamos a las obras tratamos de pedir lo principal, desde zapatos y cinturón de seguridad, cascos, botiquín. En aquellas obras que llegamos y constatamos que el tema de seguridad es mínimo, enseguida se llama al capataz y si no se alcanza a una solución, se llama al empresario y se lo pone al tanto de cuáles son las normativas vigentes, que son muy rigurosas. Es un tema bastante delicado, el año pasado quedó armada una comisión en la Junta Departamental que creo que este año se va a arrancar a trabajar con todos los medios.
– ¿Cuál sería el objetivo?
González- Educar sobre todo lo que es el tema de seguridad, más allá que la gente lo sabe, pero a veces el propio operario por exigencias de la empresa o por decisión propia no hace caso a las normas de seguridad y justamente es en esos momentos cuando pasan los accidentes. Entonces, es un poco educar a la gente a que se concientice y que tome sus medidas.
Torrens- Acá en Salto todavía tenemos un gran debe para con los trabajadores en todos los sentidos del parte del Ministerio, hay una necesidad de recambio estructural que no pasa por cambiar a los funcionarios sino que en definitiva pasa por cambiar estructuralmente el funcionamiento, son muy lentos los procesos, si uno pide una inspección, demoran mucho y por la lógica de la construcción, a veces las obras empiezan y a los pocos meses se terminan, cuando llega la inspección, ya sea documentaria o de seguridad, por lo general ya se terminó.
– ¿Falta inversión privada en Salto?
Arruda – En nuestro departamento y en casi todo el interior sufrimos que las inversiones quedan en Punta del Este y en Montevideo, son las inversiones más grandes que se hacen. Nuestra organización el año pasado llamó a un paro nacional pidiendo más inversión pública porque sabíamos que aquí en Salto íbamos a quedar todos sin trabajo.
– ¿Faltan atractivos para que venga el inversor privado a Salto?
Arruda- Nosotros tenemos las termas pero no sé cuál es el tema que hay que traer inversiones al departamento. Siempre digo que esas inversiones sirven según las condiciones en las que llegan, porque no queremos inversiones que vienen a pagar lo que quieren y a no cumplir con las leyes laborales. Las inversiones sirven, porque traen trabajo, pero nosotros siempre vamos a estar latentes ahí, defendiendo los derechos de los trabajadores.
– ¿El SUNCA impulsa el trabajo de las mujeres en la construcción?
Gómez- Es una aspiración, pero por suerte basta ver la cantidad de compañeras que están, por ejemplo, trabajando en empresas en Montevideo, Maldonado y Canelones. Tenemos un ejemplo claro -que en eso hemos tenido que tirar las orejas pila de veces a la intendencia de Salto-, debemos ser, dentro del Uruguay, el departamento que tiene menos convenios con la intendencia municipal.
– ¿El sindicato?
Gómez- Sí, sin ir más lejos, en Paysandú el sindicato de la construcción tiene a más de 80 compañeros, entre mujeres y hombres, trabajando en convenio específico con la intendencia. Acá tuvimos, por ejemplo, hace algunos años, la experiencia de haber trabajado por primera vez en Salto, con un grupo de compañeras que hicimos “aulas para crecer”, proyecto que vino financiado por Venezuela, donde hicimos cuatro o cinco escuelas, donde entró gente del MIDES, administrado por compañeros del SUNCA. Ahí trabajaron mujeres…
– ¿A la par del hombre?.
Gómez- Sí, si, trabajaron compañeras con los sueldos de trabajadores de la construcción, como peones, haciendo trabajo de la construcción, cumpliendo las horas como cumple cualquier trabajador en la industria. Ese proyecto se terminó. En Montevideo por ejemplo, en empresas importantes, los trabajos de finalización de obra que tiene que ver con la pintura y con los detalles finales lo están haciendo las mujeres. Los que somos viejos en la industria y que íbamos a una asamblea del sindicato de la construcción, éramos puros hombres, rara vez ibas a ver a una mujer, tal vez alguna compañera que iba a acompañar, nada más. Hoy vas a una asamblea del sindicato y ves más mujeres que hombres, y ves delegadas en los congresos, ha cambiado todo, ojalá que no nos pasen por arriba, ¿no? (risas) pero digo, la mujer está teniendo su protagonismo, nosotros tenemos que ayudar a eso, pero en Salto nos cuesta porque aquí el machismo es muy grande.
– El SUNCA también ha sido solidario.
Silva- Exactamente, fundamentalmente con toda la dirección del sindicato de Salto hemos aportado nuestro granito de arena y estamos muy contentos de haber participado y ayudado a organizar todo lo que tuvo que ver con las actividades realizadas por Juan Gabriel, ayer justamente estuvimos con el presidente del sindicato en casa del niño porque seguimos trabajando en esto, hay todavía una segunda operación por delante y tenemos que seguir trabajando. La primera etapa se ha logrado, la respuesta de los compañeros de la construcción fue muy buena y eso te da fuerzas para seguir luchando por una causa justa.
