Más allá de lo táctico. Más allá de los valores de la estrategia. Más allá de cuestiones técnicas, con este Sud América, no hay caso: es su corazón siempre.

Un peleador de mil batallas, como ahora otra vez.
El 2 a 0 sobre River Plate para quedarse en la «A», si el rival de turno no es Campeón Salteño. Para River ahora todo es cuesta arriba. Tiene que vencer a Universitario en play off. Avanzar a la liguilla. Ganar la liguilla y además batirlo a Ferro Carril en partido adicional.
¿Es posible que River Plate pueda todo esto, para evitar el mal maldito que supone resignar la categoría?
Como contrapartida, este Sud América necesitaba ganar y ganó.
El derechazo de César de los Santos cuando se moría el primer tiempo, cuando en esos 45′ River Plate había producido una llegada neta con el impacto del tiro libre de Alan Aranda en el vertical. Pero ese gol «naranja» antes de la conclusión, marcó un antes y un después.
Fue un latigazo en la humanidad de River y le descompaginó la mente.
Al equipo le costó enderezarse y Sud América se hizo frontón defensivo. Las bombas áreas hacia la trinchera «naranja» y el contragolpe como manual practicable a la medida de la circunstancia. Por eso ya en los descuentos, cuando por derecha la velocidad de Marcelo Asencio los plantó a todos. Cuando Yeicol Prado salió, el delantero mandó el disparo. Larguero, rebote y la aparición de Gabriel Pintos.
Flor de fantasma en el área. Toque al gol. El 2 a 0. Receta letal, para que el corazón esta vez se conmueva y sienta que esos cultivadores de la fe, no son cosa de achicarse cuando la marea viene subiendo.
Fue el segundo. Fue el definitivo. ¡Noche mágica Sud América! Al que no le faltarán razones. Ese corazón «naranja» después de todo, bien que lo sabe. Seguro que lo sabe-
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-
