En una jornada cargada de emoción y compromiso institucional, quedó inaugurado el Policlínico Veterinario, con la pressencia del rector de la UDELAR Prof.Dr. Alvaro Mombrú , el Decano de la Facultad de Veterinaria Dr. José el Dr. José Passarini, el Director del Policlínico Sebastián Fernández, el Director de la sede Salto José Romero , autoridades de la Intendencia y de Salto Grande.
El espacio se pensó como complemento de la carrera de veterinaria que en forma completa se dicta en Salto,y para brindar servicio a las familias vulnerables y sus mascotas para quienes se cuenta con subsidios.
El Dr. Fernández Director del Policlínico Veterinario dialogó con EL PUEBLO sobre los alcances, objetivos y primeros pasos de este ambicioso proyecto universitario que conjuga docencia, servicio y sensibilidad social.
“El policlínico claramente viene a cumplir con un rol muy importante, no solamente con la educación de los futuros médicos veterinarios, sino también con un servicio que es esencial para la comunidad”, comenzó destacando el Dr. Fernández. Y es que esta nueva unidad académica-asistencial no solo busca formar profesionales, sino atender una necesidad tangible en los sectores más vulnerables de la población salteña.
Fernández subraya que “estamos en un departamento, y fundamentalmente en la ciudad de Salto, donde claramente hay un montón de compatriotas que realmente necesitan la ayuda del Estado para la atención de la salud de sus animales de compañía y de sus equinos”, algo que no puede recaer exclusivamente en el sector privado. En ese sentido, “el policlínico veterinario de la universidad viene justamente a brindar ese servicio, por lo cual vemos nada más que un círculo virtuoso en esto”.

El inicio de la atención y la preocupación por la leishmaniasis
Los primeros pasos ya se han dado con firmeza. “Empezamos básicamente las dos semanas con pacientes caninos y felinos, y con algún paciente equino que también vino a consulta”, comentó Fernández. En su primera semana activa, el equipo atendió “entre 12 y 14 pacientes de pequeños animales, perros y gatos, y dos equinos”.
Aunque aún se están realizando ajustes, sobre todo en materia de equipamiento para los servicios de laboratorio, el balance inicial es positivo. “Estamos terminando de ajustar todos los equipos médicos en términos de la paraclínica, toda la parte del laboratorio… esperamos que a partir de mañana ya tengamos funcionamiento casi completo, aunque hay algunas cosas que todavía no han llegado de Montevideo”.
Uno de los principales desafíos sanitarios que enfrenta el equipo veterinario en esta etapa es la leishmaniasis canina. “Nosotros tenemos un enorme problema en Salto, fundamentalmente en caninos, que es la leishmania, sí”, expresó con preocupación el director. “Tenemos índice de perros positivos a leishmania que realmente nos preocupan”, advirtió, detallando que de los 14 perros atendidos en las últimas dos semanas, “tuvimos 8 positivos”.
La leishmania, explicó, genera afecciones sistémicas graves como enfermedades renales (agudas y crónicas), así como problemas dermatológicos. Además, los veterinarios del policlínico enfrentan a diario “mucho animal sin vacuna, mucho animal sin antiparasitario”, lo que refleja no solo un panorama de precariedad sanitaria animal, sino también las limitaciones económicas de los tutores. “La leishmania es donde en los sectores más vulnerables de la población más impacta, porque es donde menos medidas de prevención pueden desplegar”.
Infraestructura
En términos de infraestructura, el policlínico ha sido equipado a la altura de los mejores centros del país. “Tiene un block quirúrgico de última generación, posibilidades de hacer algunas terapias oncológicas que son de punta en Salto, y un laboratorio de análisis clínico completo, citopatología e imaginología, tanto imágenes radiológicas como estudios ecográficos”.
El acceso a los servicios es sencillo. Las consultas pueden agendarse a través del número 098 230 818, así como por redes sociales, particularmente en Instagram a través del perfil polivet-salto. También es posible contactarse mediante los canales institucionales de la Universidad de la República.
El sistema de tarifas está pensado para garantizar equidad y evitar conflictos con el sector privado. “Cualquier usuario puede concurrir al policlínico y solicitar una consulta. Lo que nosotros tenemos es un acceso al sistema integrado de información de la asistencia social para saber quiénes son los beneficiarios de los subsidios que tiene el policlínico”, explicó. Quienes no estén incluidos en programas sociales deberán abonar los derechos universitarios correspondientes. “Eso asegura dos cosas. Primero, que el policlínico no significa una competencia desleal para los colegas que están instalados en el servicio privado. Y por otro lado, además, que quien venga al policlínico a pagar esas tarifas es porque algún colega lo derivó o busca una segunda opinión”.
Pero el objetivo central es claro, “el objetivo del policlínico son los sectores más vulnerables de la población”.
Además de perros, gatos y caballos, el servicio se prepara para atender, aunque con agenda quincenal y recursos limitados, animales exóticos como roedores, y anfibios. “Eso sí va a ser con agenda muy programada porque no tenemos recursos en el equipo”.
