El domingo sin fútbol en la Divisional «A». Resolución inapelable, teniendo en cuenta la lluvia caída.
En tanto se acuña la interrogante con respecto a la fecha en un principio pactada para mañana miércoles, la misma que fue postergada.
Ya en la jornada del domingo y tras la decisión, e incluso ayer lunes en la mañana, no faltaron voluntades que se multiplicaron para evitar jugar el miércoles: «porque darle una tregua al Dickinson es lo mejor que puede hacerse. Con 10 días sin actividad es posible la recuperación del campo de juego».
El tema es uno: la cancha otra vez. El Dickinson como eje temático, atento a que se transforma en el único ámbito potencialmente disponible cuando determinadas exigencias o fines están planteados.
De lo que no hay dudas es que a esta altura de los hechos, «el Dickinson resiste como puede», sobre todo, cuando la continuidad de partidos se torna inevitable.
🟢 Eso del piso sintético
No es la primera vez en las últimas semanas que desde las máximas autoridades de la Liga Salteña de Fútbol parece replantearse la colocación del piso sintético para el principal escenario.
Incluso en reciente diálogo con EL PUEBLO, el propio presidente de la Liga, Luis Alberto Arreseigor, no le escapó al enfoque de la opción:
«Porque si ese propósito se convierte en realidad, se acabó el problema. Llega un momento en que la coincidencia tiene que surgir y basta con solo ver lo que pasa en otros ámbitos. El Dickinson actual nos limita frente a determinadas posibilidades y eso no se puede negar».
No se trata de una especulación, ni de una pretensión sin sustento. No faltan en la Liga quienes apuntan a que «llegó el momento», en alusión a gestiones que se puedan encaminar para que el piso sintético sea viable en su concreción, a partir del desembolso de dinero que implica.
A cronistas de este diario, se les dijo sin más trámite: «hay que saber ante quiénes gestionar para que surja una respuesta a favor. La Liga desde sí misma no está en condiciones de asumir un fin que implica un monto de dinero no menor a los 450 mil dólares».
—ELEAZAR JOSÉ SILVA—
🏟️ «Entre la Liga Agraria y Salto Fútbol Club nos sacan ventaja»

Desde la Liga Salteña de Fútbol en los últimos meses, la mirada es puntual sobre todo lo que ocurre con el Parque Juan José Vispo Mari.
Las obras fueron ejecutadas a partir del acuerdo de partes entre la Liga de las Colonias Agrarias y Salto Fútbol Club, con el piso sintético como corolario.
Solo basta desembocar en el Vispo Mari para calibrar la notable transformación general, en la mayoría de los sectores y sobre todo, en el piso sintético.
Por eso desde la Liga Salteña se admite que «nos sacan ventaja, porque pueden impulsar proyecciones lejanas a la nuestra».
Igualmente se entiende que si el Dickinson dispusiera de piso sintético, se abre un panorama bien a favor para que el alquiler para determinadas instancias deportivas pueda sucederse.
Se dice sin más trámite que «el ingreso de dinero se plantearía en términos más que salientes», pero con otro punto no menor desde lo deportivo: que las suspensiones pasen de largo y no afecten la continuidad, desde el momento que el sistema lo hace posible.
En el caso de Salto Fútbol Club a nivel de juveniles jugando por el Campeonato Uruguayo de la Divisional «A», se han desarrollado los juegos sin complicaciones, más allá de la lluvia imperante en más de una ocasión.
En definitiva: el piso sintético es potencial aliado de la continuidad descrita y la palabra suspensión bien que puede oxidarse en el tiempo.
El piso sintético, a veces o muchas veces… lo puede todo.
⚽ «Hay canchas en que nadie quiere ir a jugar»

La Divisional «B» concluyó su campeonato y ahora en escena, la prolongación del Consejo Único Juvenil, el torneo de la «A» y la acción que no le falta a la Divisional «C», en este caso ya con cuatro fechas disputadas.
Antes, ahora y seguramente después también, lo relativo a los campos de juegos no es precisamente moneda fuera de circulación.
De última, en la Divisional «C» han surgido enfoques contrarios a determinados campos de juegos, los que están habilitados, pero que actualmente no reúnen la mejor condición.
«Hay canchas en que nadie quiere ir a jugar», se aduce y tras cartón apuntan a los casos de Deportivo Artigas, Saladero y Tigre.
De última, la Divisional «C» afrontó dos partidos en el escenario de Deportivo Artigas y las decepciones se fueron acumulando, en la medida que se comprobó la deficiencia general.
Mientras una razón de hecho acude: «porque hay canchas que los propios clubes que son propietarios de ellas, no quieren jugar».
Ante la realidad aplastante en esta dirección, se deja en claro que «en lo que va transcurriendo del año, la opción de adecuarlas a partir de tratamientos específicos ha sido inexistente, incluso la propia cancha de Ceibal, lejos de aquella saliente condición de años idos».
La crisis de los campos de juego es una crisis real. Y no hay por qué mirar para otro lado.