DESPUÉS DE COREA ABREU
COMENZÓ A ANUNCIARLO
Le pidió a Tabárez para rematar último. El entrenador sospechó que lo iba a tirar así. A los elegidos les dijo «que fueran con las cosas claras a ejecutarlos». Abreu le preguntó a Fucile si veía, como él, que el golero de Ghana se jugaba antes. Fucile se lo confirmó.
Abreu emocionado festeja tras anotar el penal.
La historia comenzó en Kimberley, en los días posteriores al titánico triunfo logrado ante Corea del Sur. Una mañana apareció Sebastián Abreu, con su infaltable termo y ese mate raro que tiene, con forma de pata de vaca y el stereo sonando con la música tropical.
-«El viernes ganamos por penales. Defino yo y lo hago picando la pelota…»
La reacción, la respuesta de los compañeros que lo escucharon, es la que puede surgir a flor de labios antes tamaño augurio.
-«Ta…loco, ta… Vos siempre igual. ¿Qué tomaste?»
Al otro día lo mismo y al siguiente lo mismo. La misma «locura» del loco…
El No. 3 de Ghana, la estrella, el líder joven, Asamoah Gyan, erró el penal que marcó el final del partido con empate. Abrió la puerta a la definición por penales.
ABREU PIDIÓ A TABÁREZ SER EL ÚLTIMO
El técnico Tabárez reunió a los jugadores uruguayos y les informó de las nominaciones que había realizado para la ejecución de los tiros una vez que terminó el partido. Obviamente que en ella estaba Suárez, pero al ser expulsado no podía rematar. La lista estaba de antemano. Ahora el que cuenta lo ocurrido en ese momento es el propio Tabárez: «En ese momento Abreu lo único que me dijo es si no podía ser el último en rematar. Me pareció bien, le dije que sí y ahí ya sospeché algo de lo que iba a hacer. Fue entonces que reuní a los cinco que elegí y lo único que les pedí y les dije, es que lo podían errar, que no se hicieran problemas por eso, pero que fueran con las cosas claras a ejecutarlos».
Y se vinieron los penales. Forlán gol y Asamoah gol (1:1), Victorino gol y Appiah gol (2:2), Scotti gol y Mensah atajó Muslera (3:2), Maximiliano Pereira lo tiró por arriba del horizontal hacia su derecha y Adiyiah atajó Muslera. En los pies de Sebastián Abreu estaba el destino del partido. Salió caminando desde el círculo central con paso firme y decidido. Tomó la pelota entre sus brazos, la puso en el punto de penal y tomó una enorme carrera, como si fuera a pegarle al esférico con todas las fuerzas…
ABREU: «LO TENÍA DECIDIDO»
-¿Qué se le pasó por la cabeza en ese momento en que tomó la pelota entre sus manos? ¿Resolvió en ese instante que la iba a «picar»?
-«No –responde Abreu en forma terminante–. Resulta que yo tenía decidido de antes que lo iba a patear así. Por eso, cuando empezó la tanda de penales, miré muy atentamente cada ejecución de mis compañeros para ver que hacía el arquero. Yo veía que el golero, cuando arrancaba el ejecutante, se movía y se jugaba a un palo. Pero, claro, como yo tenía esa obsesión, capaz que mi visión estaba equivocada. Quería corroborar, porque yo con la obsesión mía, capaz, que me llevaba a analizar que el arquero se estaba jugando antes y por ahí no se estaba jugando antes. Entones le preguntaba a Fuci, que hizo el golero en los tres primeros penales. Le pregunté, ‘¿Fuci se juega antes?’. ‘Si se juega antes, se está jugando antes’ me dijo. Entonces, bueno, cuando vi que era penal de partido también pensé que es muy difícil que el arquero se quede parado en una decisión así. Aposté por esa forma creyendo que era la más efectiva y la de poder engañarlo al golero».
TABAREZ: «ABREU NO HIZO UNA LOCURA»
Volvamos al relato del entrenador Oscar Tabárez del penal convertido por Abreu: «Evidentemente a él, Abreu, en un momento crucial, porque terminaba todo ahí, lo vi como mucha frialdad. Por suerte estuvo claro en la definición. No comparto para nada los que dicen que hizo una locura o que hay entrenadores que se lo han prohibido, que no se juegue así. Fue gol. Como en la Copa América. Es una cosa bastante inesperada para el arquero, aunque conozco que el jugador hace eso. No es fácil. Cuando un jugador toma la carrera que tomó Abreu, que arrancó desde afuera del área, no se puede jugar el arquero, en un penal decisivo a quedarse quieto en el medio del arco. Lo demás está en la clase del jugador, en la sangre fría que creo que la tuvo».