Presente, emocionado y agradecido como familiar, sobrino y ahijado de Peloduro, en el reconocimiento en página de Diario El Pueblo y en el programa de Radio Libertadores.- La verdad que familiarmente los que quedamos pocos, revivimos esta semana al tío, lo que mucho te agradecemos.-
Anécdota: -Década del 50, Enrique Amorim estaba ya muy mal, y un día Peloduro lo llama a mi padre y le dice: «Cuñado, mirá que vamos con tres amigos a saludar y despedir a Enrique, que está en las últimas, solo te pido un asado de los que sabes hacer para este grupo que vamos a Salto», palabras más o menos, yo de pantalones cortos poco recuerdo, si de un asado en el jardín en casa, esta misma que vivo en calle Artigas, pero quienes eran los comensales viajeros: Mario Benedetti, Cuque Sclavo y Enrique Rodríguez, un joven diputado del partido (después llegó a ser Senador por la 1001), sin duda personajes que con el tiempo supe apreciar. En esta época no se acostumbraba a hospedarse en hoteles, estaban solo el Hotel Salto, el Concordia y Biasetti, creo no había más: Peloduro se hospedó en casa por supuesto (mi madre hermana de él), Benedetti en lo de Waldemar Carvalho, Enrique Rodríguez en lo del Prof. Thévenet y Sclavo en lo de Altamides Jardim, toda una historia. Y mi padre lo llevaba a lo de Amorim a verlo a Enrique, motivo del viaje, en el auto que aún conservo y me verás de vez en cuando en él, el Willys de la familia.
Otra anécdota: Cuando cumplo 18 años y decido seguir Notariado, mi madre le escribe, en esa época poco teléfono o nada, y le dice: «tu ahijado y sobrino se va para Montevideo a estudiar Escribanía», palabras más o menos. A los pocos días recibo una carta por Onda, escrita de puño y letra por Peloduro en la que me felicita, me alienta, me dice «No hagas como yo que vine a Montevideo a ser Arquitecto y terminé pintando caricaturas», siempre se echaba de menos y me termina diciendo «te felicito sobrino, porque un título VISTE, INVISTE Y DA DE COMER». Cuán sabias sus palabras. Pequeñas anécdotas de Peloduro que quería compartirlas contigo. Un abrazo, gracias de vuelta, la familia reconocida.
Esc. Luis Alberto Avellanal.