Para Arturo Fajardo, Obispo de la Diócesis de Salto
Tras conocerse que el sacerdote «imputado en un caso de abuso sexual y atentado violento al pudor» que pertenece a la Diócesis de Maldonado, Punta del Este y Minas se encuentra cumpliendo medidas cautelares en la Diócesis de Salto, trajo indignación y alarma en nuestra comunidad, por lo que Monseñor Fajardo aceptó dialogar con EL PUEBLO para aclarar que no sabe por qué la Jueza en la causa determinó que el sacerdote imputado radicase domicilio en Salto, pero que además dicho sacerdote se encuentra suspendido y por lo tanto «no puede realizar ninguna tarea sacerdotal».
- ¿Cuál es su primera reflexión tras enterarse de las denuncias contra un sacerdote de la Diócesis de Maldonado, Punta del Este y Minas que hoy cumple medidas cautelares en la Diócesis de Salto?
- Sorpresa, dolor por las víctimas porque en otros casos que han sucedido también lo primero que debe haber es empatía con la víctima, porque es una herida que queda siempre y que cuesta mucho sanar, pero que además lastima a los fieles, lastima a la gente y que de alguna forma quita credibilidad a muchas cosas buenas que se hacen. Pero en este momento lo importante son las víctimas. Tengo conmigo algo que hemos trabajado, una guía o protocolo que hemos elaborado («Guía para la protección de menores y prevención de abusos sexuales»), se está trabajando, pero siempre suceden situaciones como esta que, si bien todavía es un imputado, la Fiscal ha pedido el procesamiento o como se dice ahora, una formalización.
- ¿Le llamó la atención que la Jueza haya determinado que el sacerdote imputado en esta causa haya sido trasladado a Salto?
- Sí, cuando me preguntan por qué, la verdad que no tengo una explicación, habría que preguntárselo a ella. Quien me llamó fue el Obispo de Maldonado, Punta del Este. Una cosa que es bueno aclarar es que este sacerdote no es de la Diócesis de Salto, porque salieron algunas noticias en ese sentido, nunca trabajó acá, no está vinculado ni lo estará. De hecho, está aquí por esta circunstancia porque el Obispo me llamó, que el abogado, el doctor Montano, no sé si hizo un acuerdo con la Jueza por las medidas cautelares que dispuso que esté aquí por un tiempo prudencial hasta que se inicie el juicio, que será en unos días o en un mes, no sé.
- ¿Qué ocurre en la Iglesia Católica una vez que se toma conocimiento de estos hechos donde un sacerdote es acusado de abuso sexual?
- Hay todo un protocolo que está en la página de la Conferencia Episcopal, hay allí un número de teléfono (095 382 465) y un correo electrónico para denuncias:
([email protected]) - Me refería a qué pasa en la Iglesia con el sacerdote acusado…
- Se inicia una serie de trámites canónicos que suponen la suspensión. En este caso, el sacerdote está suspendido. Eso no me corresponde a mí sino al Obispo de Maldonado, Punta del Este que es donde tiene jurisdicción canónica en este caso. Él está suspendido del Ministerio y no puede tener ningún tipo de trato con los fieles.
- ¿Pero se realiza algún tipo de investigación administrativa sobre las denuncias formuladas contra el sacerdote?
- Exactamente, una investigación canónica, pero eso no quita que directamente se vaya a la Fiscalía y se haga la denuncia, o sea que la investigación interna no implique que no se pueda animar a que la persona vaya a la Justicia.
¿Hay antecedentes que la Iglesia haya actuado disciplinariamente contra este tipo de sacerdotes? - Hay sacerdotes que han sido separados…
- Lo que se sabe es que la Iglesia solo ha llegado a trasladar a sacerdotes denunciados, pero no que haya existido algún tipo de sanción.
- Ahora la política es tolerancia cero. Esto que pasó tampoco es un traslado, eso hay que dejarlo claro, es parte de las medidas cautelares, aclaro esto porque en algún lugar ha salido que se estaba ocultando acá. La Justicia está procediendo, tiene que presentarse una vez a la semana a la Comisaría, así que no hay ningún tipo de ocultamiento ni de nada, simplemente es una medida que la Jueza determinó que estuviera aquí.
Lo que ahora hace la Iglesia es lo que se llama la Pérdida del Estado Clerical. Ha habido muchísimos sacerdotes que podemos decir que han sido expulsados del Ministerio por esta u otras causas. Pero hay un Proceso Canónico, y en este tema es el Obispo quien tiene que hacer un trámite de la Diócesis y luego enviar todo a la Congregación para la Doctrina de la Fe, que es la que sigue este tipo de delitos. - ¿Esto también ha ocurrido en Uruguay?
- Ha pasado, no mucho, pero ha pasado.
- Que la Iglesia Católica haya tenido que elaborar un protocolo por situaciones que puedan darse de abusos sexuales, ¿no está marcando cierto grado de alarma o preocupación?
- Sin duda que sí, ojo, en la sociedad y en la Iglesia, porque sabemos que hay muchísimos casos de abuso en la familia, en ámbitos educativos, y también se dan en la Iglesia, y a nosotros nos toca cuidar y generar ambientes sanos para los chicos de nuestras comunidades.
- ¿Qué mensaje daría a la comunidad Católica ante esta situación que se está viviendo?
- Desde el dolor entender de alguna forma la indignación de muchas personas por esto, la empatía con las víctimas de todo tipo de abuso, y de alguna manera el compromiso que siempre nos queda corto de evitar que estas cosas sucedan, pero cuando suceden, actuar en consecuencia. Tratamos de ser justos, y que lo importante es que se haga Justicia.