Cuando esto escribimos el deseo es insistir en una realidad que a nadie parece interesarle.
Nos explicamos, mientras los dirigentes políticos, se esfuerzan en demostrar su “acierto” y el error de todos los que les antecedieron, nadie muestra interés alguno en buscar una solución de fondo para los problemas esenciales.
Basta de diagnósticos. Basta de remendar la cuestión. Asumamos la realidad tal cual es: si la situación no cambia, nuestra capacidad de asombro no tendrá límites.
Cuántos niños abandonados totalmente vemos a diario y miramos para lado.
¿Tenemos responsabilidades allí? SI, es indudable que la tenemos y de nosotros depende que estas personas se conviertan en personas de bien para la sociedad o se malogren pronto y resulten en sicarios, rapiñeros o similares la forma más rápida que encontrarán de hacerlo.
Es que así lo hemos planteado muchas veces. Para estos chiquilines, la mayoría huérfana, o con sus progenitores, presos o muertos no hay futuro alguno.
La única forma de comer y vestirse que conocen es delinquiendo, robando y matando si es necesario, porque gozan del privilegio que tienen los menores de edad. Es una realidad cruda y dura y hasta que la reconozcamos, difícilmente habrá diagnósticos realmente acertados, y todos sabemos que si no se parte de un diagnóstico acertado y veraz, los resultados no serán los deseados.
No se trata de una opción más, es entre la vida y la muerte y jamás será elegible. Nosotros, la sociedad les hemos dado la espalda y por lo tanto no pueden elegir otra cosa.
Seguir viviendo en la realidad actual, es de alguna forma seguir sufriendo y obviamente en ese sentido, es hasta razonable que se opte por el camino de la delincuencia, que significa tener posibilidades de vivir mejor.
Pero entendámonos. No hay otra opción, ni siquiera puede considerarse una alternativa por el simple hecho que no son ellos quienes eligen, sino la vida mismo y el camino podría resumirse en estos términos- o te quedas en el lugar que te adjudicas la sociedad (a menudo con hambre y sin que nadie les preste atención siquiera) o delinques.
Entre estas opciones hay un riesgo muy grande, de fracasar y pagar con cárcel o con su propia vida. No terminamos de entender que es peor, si la cárcel o revolver contenedores buscando algo para comer…
Esta es la cruel realidad y mientras no la asumamos tal cual es poco o nada arreglaremos.
A.R.D.