Por estos días hemos visto como algunos trabajadores generalmente en moto, arriesgan su vida, con tal de ganarse un pesito más. Los impulsores de este trabajo seguramente que han dado con un filón muy apetecible para el empresario y para el dueño del programa.
Los empresarios han solucionado en el conjunto el tradicional “repartidor” que tenían todos los comercios y el dueño del sistema porque imaginamos que va en parte una comisión por cada uno de los pedidos entregados en tiempo y forma.
Seguramente que también lo es para quien llega al país y no tiene recursos, dada la poca exigencia que tiene.
Pero nos preguntamos, se sabe en qué categoría están estos trabajadores, ¿Cuánto aportan? Reconocemos que pueden solucionar algunas emergencias, pero ¿a qué costo?
¿Es mayor el rendimiento cuando se entrega antes?
¿No es esto contraproducente? Cualquier conductor sabe que estos “repartidores” pueden pasarle en cualquier momento y por cualquier lugar, porque para ellos nos existen normas de transito, ni disposiciones.
Días atrás supimos que un par de cientos de ellos se habían levantado en huelga en Montevideo, reclamando por sus “derechos”. Antes que nada debemos decir que en Montevideo los hay incluso en bicicleta.
Se trata de un “fenómeno” nuevo y nos imaginamos que la legislación que lo regula debe ser escasa o nula, pero urge determinar ¿Cuántos “repartidores” pueden tener estos sistemas. ¿Es lícito pagar según sea la demora? Ue derechos les asisten a quienes se dedican a él?
No conocemos a nadie que se haya dedicado en forma permanente a él y haya salido adelante, sino sólo en forma esporádica o eventual, porque tiene muy claro que este es un trabajo ”chatarra”.
Lamentablemente lo vemos tener más adherentes día a día. Va unido a otros cambios en la sociedad, nos explicamos. Por ejemplo hoy es habitual que las parejas jóvenes trabajen. Lo hacen los dos cónyuges y por lo tanto no hay tiempo de cocinar salvo los fines de semana y feriados, que no debieran ser dedicados a esto. La “salida” es encargar comida hecha y llevada a casa.
Nadie piensa en los problemas que esto esconde. Nadie piensa que se trate de un tema social en el que entra el precio de los alquileres, el costo de vida y demás.
Por lo tanto lo que decimos es que no se trata de cualquier trabajo, sino de saber en qué estamos inmersos.
A.R.D.