El Uruguay vive días de tremendas complicaciones. El auge delictivo es notorio y por más que sepamos que la seguridad es el tema más sensible para la población y por lo tanto existe la convicción de que es también el que redunda en mejores resultados cuando se lo sabe manipular, creemos que no es un tema menor precisamente y de alguna manera debe preocupar a todos los uruguayos.
Pero lo que nos resulta tremendamente banal es discutir en estos momentos y dedicar tiempo a polemizar si la concurrencia casual del Presidente de la República, Dr. Tabaré Vázquez, justifica un juicio político o no.
A ver, ni el Dr. Julio María Sanguinetti dejó de ser colorado cuando fue presidente, ni el Dr. Luis A. Lacalle dejó de ser blanco, ni Tabaré Vázquez ha dejado de ser frenteamplista ahora. Es más quienes pretenden llevar a Vázquez a juicio político por este hecho, han admitido que siendo presidente Sanguinetti fue a la Casa del Partido Colorado a ver ciertas obras que se estaban haciendo.
La defensa que hacen de Sanguinetti y la condena de Vázquez radica en que según señala aquel tomó todas las precauciones para que el hecho no trascendiera, porque consideran que precisamente el ¨delito¨ está en que se difunda esta actividad (¿¿??) y no en que se lo haga.
Entendámonos bien. Para nosotros está mal, se lo haga a la vista de todo el mundo, como lo hecho por Tabaré Vázquez o lo haga a espaldas del pueblo como lo hizo Sanguinetti.
Defender la postura de que por qué se evitó la trascendencia está correcto y por que se lo hizo sin tomar precauciones está mal, es defender la hipocresía.
Para nosotros está mal siempre y no tenemos empacho en decir que la opinión más acertada que escuchamos sobre el asunto fue la del senador Luis A. Lacalle Pou, quien ubicó el tema en su justa dimensión a nuestro entender, sin evitar decir que estaba mal lo hecho por Vázquez, pero a su vez sin darle más importancia de la que tiene.
Si en vez de perder tiempo en estas cosas) o gastar pólvora en chimangos, como dicen los gauchos…) le dedicáramos mayor tiempo a los verdaderos problemas, seguridad, educación, aspectos económicos y demás, quizás podríamos pensar en obtener mejores resultados y mostrarnos como un país más consciente y socialmente responsable, como creemos que sea la aspiración de la gran mayoría de los uruguayos.
A.R.D