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viernes, 14 de marzo de 2025
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No es la panacea

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Liliana Castro Automóviles
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Cualquier septuagenario que analice las condiciones del planeta tierra cuando era niño y las que se presentan actualmente, coincidirá en el enorme deterioro que hemos ido causando.
No con esto pretendemos alarmar, ni exagerar las condiciones actuales, porque caeríamos en aquella trillada máxima de si “todo tiempo anterior fue mejor o peor”. No significa que desconozcamos los avances de la ciencia y la tecnología, que en muchos campos han significado notorios avances, pero tampoco pretendemos desconocer el daño irremediable que en algunos campos estamos realizando sin que se nos mueva un pelo por conocer la verdad y actuar en relación a las injusticias que se presentan.
Es el enorme individualismo que hemos fomentado y no nos cansaremos de repetir que las condiciones actuales de la humanidad están logradas sobre el daño a muchos y el bienestar a unos pocos. Si es posible de impedir el daño o no, habrá que demostrarlo.
Estamos obrando como si no importara nada más que lo que representa nuestro bienestar, nuestro pensamiento hedonista sólo piensa en lo que me puede redundar en placer, en bienestar de, mejores condiciones económicas.
Para decirlo gráficamente, aunque tenga que apoyarme en la cabeza de mi madre para poder trepar, lo haré y con ello estará logrado el objetivo impuesto.
Es lo que nosotros mal consideramos nuestro objetivo. Lograr vivir mejor, aunque todo a nuestro alrededor sea daño y perjuicio.
Es un poco lo que está sucediendo y habrá de suceder con la vacunación contra el COVID 19. Nadie ignora que la vacuna tiene sus riesgos. Una vacuna realizada en tiempo récord, que aún no ha logrado pasar todas las etapas requeridas por la Organización Panamericana de Salud (OMS, pero que la situación exige que sea autorizada.
Es en gran parte índice elocuente de la situación actual. Puesta la humanidad ante la realidad de optar entre enfermar y morir, en casos en que se integre los denominados grupos de riesgo, o vacunarse y confiar en que se logrará inmunidad por determinado tiempo, no dudamos en cual es el camino de menor riesgo, aunque teniendo muy claro que no hay ninguno que sea inocuo.
Siempre hemos sostenido que el desarrollo de la ciencia y la tecnología no debe hacerse de cualquier forma y sobre todo exterminando los recursos que Dios o la naturaleza nos han brindado.
Hasta el momento la acción depredadora del hombre no tiene límites, pero llegará la hora en que se convencerá que el futuro exige responsabilidad y si seguimos mirando hacia otro lado, ¡pobre de nosotros!.
Si no es el COVID 19, será algún otro. Es de esperar que lo asumamos a tiempo.
A.R.D.

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