Desde que se conoció que uno de los artículos incluidos en la Ley de Urgente Consideración (LUC) establece la ilegalidad de las ocupaciones, el PIT-CNT anunció la intención de ir a un referéndum para derogar esta disposición.
Aun cuando todavía no se han instrumentado los detalles de esta iniciativa, voceros de la coalición multicolor de gobierno ya expresaron que el Frente Amplio habría de apoyar la iniciativa de los trabajadores.
Sin duda una conclusión inequívoca, como realmente ha sucedido. Pero no es esto lo que nos preocupa, sino que pareciera que acá todo está dicho y sabido.
Lo peor de todo es que negamos que haya “grieta” en este país, mientras que la realidad indica lo contrario.
Desde luego que las últimas elecciones confirman que este país tiene vigente dos grandes familias ideológicas, que años atrás diríamos, derecha e izquierda, lo que hoy sería absolutamente erróneo, porque existe otro sector o “familia” que no está atada a nada y obviamente se vuelca hacia una u otro lado.
A pesar de que resulta innegable que la grita existe y de que hay núcleo “duro”, muy similar en materia de cifras, en este sentido, para nosotros la mayor parte de la ciudadanía integran un centro o un bloque de ciudadanía que sigue sin tener un color, ni mucho menos una ideología definida y por lo tanto es la que decide en cada caso.
Para nosotros es este segmento de la ciudadanía la más interesante, la que no piensa de acuerdo a como vive, sino que vive de acuerdo a como piensa.
Es el sector que no se considera atado a ninguna ideología y eso es para nosotros lo más importante. Somos de los que pensamos que se debe vivir de acuerdo los valores que se consideran dignos de vivirse, y por valores entendemos la honestidad, la sinceridad, la verdad, y estos son los valores que consideramos verdaderos, justos y dignos de defenderse con la vida y no tienen color alguno.
La convicción de los hombres se lograba principalmente con el ejemplo, según nuestros mayores y razón los faltaban, aquello de “haz lo que yo digo y no lo que yo hago…”, es lo más hipócrita que conozco.
Nada más convincente para una persona, sobre todo si se trata de un uruguayo, que la coherencia, es decir la práctica de lo que se predica y esto sólo se logra “viviendo lo que se predica”.
A.R.D.
