Un guardia de seguridad del Hogar Millán, ubicado sobre la avenida Rodó entre Paraguay y Apolón, que atiende a personas con discapacidades mentales, fue procesado sin prisión por el delito de lesiones personales, luego de haberle “hecho una llave” a uno de los internos del lugar, porque se negó a retirarse de una zona prohibida en la que se encontraba y regresar a su habitación.
Así lo declaró el empleado del lugar que dijo ante el juez penal de turno que en función de esa situación decidió tomar “medidas” para que el interno acatara la orden que en ese momento se le estaba dando.
La situación le provocó una lesión al paciente y al ser visto por el médico de la institución, el mismo pudo constatarla lo que determinó que formulara la denuncia ante la Policía, para que se aclarara el caso. Tras una investigación interna determinaron la responsabilidad de un funcionario que terminó en la Justicia.
AGREDIDO
El paciente está internado en el lugar desde hace algún tiempo y posee severas discapacidades que ameritan un trato especial. El Hogar Millán trabaja actualmente con decenas de internos y cuenta con un importante número de funcionarios, entre ellos, guardias de seguridad que blindan el acceso al lugar y controlan que los pacientes que están allí alojados no se escapen ni tampoco ingresen a lugares no previstos.
Sin embargo, uno de ellos sí accedió a un lugar que los regidores de la institución entendían que no podía estar allí y en consecuencia, un funcionario que cumple tareas de seguridad tomó cartas en el asunto. Según relataron ayer fuentes policiales a EL PUEBLO el guardia lo obligó a retirarse y como la persona hizo caso omiso a la orden, el funcionario actuó aplicándole una “llave”, dislocándole el hombro.
Pero el paciente ese día fue alojado en su habitación. Al día siguiente, el médico psiquiatra del lugar notó que el interno sufría un dolor intenso en el hombro y entonces lo examinó, tras notar una posible fractura le preguntó qué le había pasado, a lo que el interno narró con lujo de detalles la situación que le había tocado vivir.
En ese aspecto, el profesional formuló la denuncia y solicitó la actuación de la Policía que detuvo al agresor y lo remitió a la justicia penal. Las fuentes de la policía consultadas por este diario, señalaron que el hecho se cumplió el pasado lunes por la tarde, cuando el magistrado actuante con las pruebas a la vista y tras recibir la acusación del fiscal, dispuso el procesamiento sin prisión del guardia de seguridad por ser el presunto autor del delito de lesiones personales en calidad de autor.
Como medida sustitutiva a la prisión preventiva, le impuso la obligación de tener que presentarse en la seccional policial próxima a su domicilio, dos veces por semana y permanecer una hora allí, durante 90 días.