La verdad es esa. Nacional les va moviendo el piso a todos. No por nada, la marea de ocho victorias consecutivas en el segundo tramo y tras la caída ante Ferro Carril donde plasmó una integración de alternativa, el retorno a la imposición el miércoles a la noche, cuando despuntó la tercera rueda. El mando de RAMÓN ROMERO, sabio y cerebral, pero no exento de bajo perfil. Casi en silencio. Para el DT, una de las claves “es trabajar bien, para jugar bien”, por eso al equipo no le falta amparo táctico. Mientras va revelando madurez a prueba de balas.
Admite que “Laforcada anda bien”, pero persiste en concederle relevancia al equipo, “porque fuimos encontrando la idea, para pasar a defenderla. Lo bueno es que hubo ascenso de juveniles, y es una manera de responder a la política deportiva del club. Yo insisto en señalar el aporte del Prof. Matías Piñeiro, por lo que sabe y por lo que suma. Nadie podrá discutir que la condición física es una de las claves, y Nacional la tiene”.
EL MOMENTO JUSTO DE LA DECISIÓN
En su tiempo de futbolista, Ramón fue la síntesis del arte a la hora de manejar la pelota. Pero con la vocación de progresar y llegar. Verbos a la medida de una pretensión radiante.
Romerito de Sol de América, de Ceibal, de Defensor en Montevideo, de la selección salteña en la década del 90. La fineza del talento.
Frente al plantel no deja de sostener, “en cuanto al valor de la entrega por la causa” y el hecho es que Nacional hace flamear esa aptitud. “Tiene que ver con lo anímico que también importa y el hecho de haber ganado tantos partidos al hilo, claro que ayuda y fortalece”.
Nacional trasluce la ilusión. La sustenta. “Yo creo que fuimos ganándonos un respeto, no solo por ser uno más entre los seis, sino por la idea de la que hablaba. Que el jugador tenga claro lo que se quiere y cómo alcanzarlo. Alguna vez se puede ganar por casualidad, pero el que llega a lo importante es porque tiene una razón detrás. Queremos seguir teniéndola”.
EN EL AÑO DE LOS 100 AÑOS
Después de todo, Nacional va discurriendo los meses que son antesala de los 100 años. En mayo del año que viene se convertirá en el cuarto club centenario a nivel de la Liga Salteña de Fútbol. Primero Salto Uruguay. Después Ferro Carril. En marzo del 2015, el turno de Peñarol y después, con Nacional por diez décadas. Ni Romerito ni el plantel, permanecen al margen de esa seductora opción: llegar a los 100 años como Campeones Salteños y jugando la Copa de OFI.
En tanto, la Comisión Directiva, se convence sin más trámite: “Ramón Romero es el técnico que andábamos buscando, sobre todo porque sabe lo que queremos: que cada vez más, lleguen al plantel de Primera jugadores que nacieron futbolísticamente en el club. Caso contrario, ¿qué validez tendría el área juvenil, si Nacional en este caso, no puede nutrirse de ella?”.
Por llegar a los 100, los tricolores con el derecho de participar en el Torneo de Clubes a nivel de la Organización del Fútbol del Interior, pero José Luis “Pinocho” Pertusatti desde el mando, metió la guiñada: “¿Y por qué no jugarlo por ser campeones salteños?”
El 2 a 0 a Progreso. El Nacional de la punta compartida. Y esa ilusión, grande así.
-ELEAZAR JOSÉ SILVA-