La aparición de una joven mujer “desaparecida misteriosamente” en nuestro país, dejando incluso un niño de 11 años con unos vecinos, deja muchas interrogantes.
Lo primero a aclarar es que la aparición “sana y salva” de la joven es lo esencial. Cuando llegábamos a la semana sin noticias y con una serie de incógnitas sobre que había pasado con ella, sin ocultar que lo malos augurios pululaban, apareció en la provincia argentina de Córdoba, donde tenía familiares.
De todas formas, esta aparición, sin que se aclare porqué se fue, por qué dejó acá a su hijo, ¿qué pensaba hacer con el menor? ¿Salió sola o recibió ayuda, como y de quien?, además de dejar perfectamente aclarado cómo le fue posible salir del país, cuando las fronteras permanecen cerradas (o supuestamente cerradas por todos lados) debido a la situación que se vive en relación a la pandemia desencadenada por el virus COVID 19, son los temas que permanecen sin aclararse.
La desaparición de esta joven mujer en el marco de un total hermetismo determinó que se debiera dedicar a su búsqueda con varias instituciones públicas, la policía, la justicia, la defensa nacional debió abocarse a la búsqueda.
Estos no sólo obligo a disponer de muchos recursos humanos para atender esta búsqueda, sino también de recursos económicos, debido a que estos recursos dejaron de cumplir otras funciones para dedicarse prioritariamente a esta búsqueda. Es más quizás se debieron relegar funciones investigaciones que merecían más atención que este tema.
Pero quizás lo más preocupante no sea el hecho de la desaparición, sin dejar rastro alguno, sin decir a nadie donde se hallaba, ni siquiera que no se molestara en informar a nadie a pesar de saber que era intensamente buscada.
Lo más importante es el hecho de que haya podido salir e incluso entrar a Córdoba (en algunas de las provincias argentinas existen exigencias bastante estrictas para ingresar). Esto es quizás lo más importante, porque en momentos en que Uruguay acaba de endurecer las exigencias para entrar al país y para todo movimiento de ingreso, como existe en muchos países, la “desaparición” de esta mujer muestra que las medidas pueden burlarse fácilmente.
Se señaló que una vez se diera el regreso al país, se pensaba que se aclararían todas estas interrogantes, pero qué sepamos hasta el momento de escribir estas líneas por lo menos, que sepamos la joven mujer no ha regresado al país.
A.R.D.
Mucho para aclarar aún
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