La desvinculación del grupo de Hip Hop de la Oficina de la Juventud generó polémica en redes sociales. Sin embargo, la coordinadora del área, Lucía Molinari, salió al cruce de las versiones que indican un cese injustificado, ofreciendo un relato pormenorizado sobre las razones administrativas y de seguridad que motivaron el desenlace. Según la jerarca, la situación se deriva de la negativa del grupo a regularizarse.
El diagnóstico: precarización y falta de control
Molinari explicó que, al asumir su gestión, realizó un estudio de situación del grupo y detectó graves falencias en cómo se venía operando. «Observamos que no había ningún tipo de acuerdo o marco normativo que regulara justamente y que dé tranquilidad a ambas partes«, detalló.
La coordinadora fue crítica con la gestión anterior, señalando que los propios padres manifestaron no haber tenido respaldo. «Eran los propios padres los que entre todos juntaban el dinero para comprarle, ya sea la ropa, darle alguna merienda y poder costear los traslados«, explicó Molinari. Ante esto, la actual administración planteó que «si el grupo pertenecía a la Intendencia, era la Intendencia quien debía hacerse cargo de eso«, pero bajo reglas claras.

El punto de quiebre: horarios y responsabilidad civil
El eje central del conflicto, según la versión oficial, fue la seguridad de los integrantes, todos menores de edad. Molinari enfatizó la necesidad de que la comuna tuviera «control sobre las actuaciones que hacen«, refiriéndose específicamente a eventos nocturnos o en condiciones climáticas adversas.
Para ilustrar los riesgos que se buscaban evitar, Molinari citó ejemplos concretos de situaciones que consideraban inaceptables: «Llámese que te piden el grupo en pleno verano para actuar a las tres de la tarde«, indicó. La jerarca subrayó que, aunque los padres dieran su consentimiento, la responsabilidad final recaía sobre la institución: «En el caso de que llegara a pasar algo, íbamos a ser todos responsables«, afirmó.
La propuesta rechazada y la documentación del caso
Lejos de una expulsión, Molinari asegura que se les dio a elegir. Se propuso firmar un acuerdo donde la Intendencia brindaría todo el apoyo logístico y material, a cambio de tener la potestad de decidir dónde y en qué condiciones actuaban los menores. La alternativa era seguir de forma independiente, sin el uso de la indumentaria ni el nombre de la Oficina de la Juventud.
«Se hizo una especie de acta donde se dejó constancia de la propuesta… ellos se tomaron unos días para pensar y resolvieron por parte de los padres seguir su camino aparte«, relató la coordinadora.
Molinari se mostró dolida por los rumores y fue enfática en que todo el proceso fue transparente y legal. «Se comunicó a Jurídica, se comunicó a la Intendencia, se hizo el expediente respectivo«, aseguró, agregando que toda la documentación fue firmada de común acuerdo por los padres y la administración.
La postura del instructor
Por otro lado, Favio Rodríguez, instructor del grupo y funcionario municipal, confirmó a Diario EL PUEBLO que continuará liderando el proyecto de forma particular en sus horas libres. Rodríguez defendió la trayectoria de sus alumnos, destacando que muchos están federados y próximos a recibir premios en Montevideo.
A fin de año, estos jóvenes recibirán el premio «Fénix» en Montevideo. A pesar de la desvinculación institucional, el grupo continuará sus actividades bajo la tutela de Rodríguez de manera independiente.









