Lic. en Psicología Cristina Beltramelli.-
Aprovechando la oportunidad que me da este medio quiero proponerles una nueva manera de cuidar de ustedes mismos, apostando a un mayor bienestar mental y emocional.
Seguramente muchos de ustedes conocen prácticas de MinfulnessoAtenciónPlena,
pero muchos tal vez no, y es a esas personas que me dirijo fundamentalmente.
Si me pongo a analizar mi vida me doy cuenta que siempre he elegido caminos que me llevaron a acompañar a otros a transitar su vida de la mejor manera posible. Soy docente, psicóloga y estoy cursando Mindfulness Compasión y No-violencia (MCNV) en un instituto de México para ser facilitadora de estas estrategias.
Tanto el rol docente, el de psicóloga, como el de facilitadora son profesiones delcuidado donde la mayor aspiración es ayudar a otros a ayudarse, apostando así a la autonomía y a la autodeterminación.
Aclaro que si bien las prácticas de Mindfulness o Atención plena tienen su origen en el mundo oriental, en el contexto budista de hace miles de años, de lo que quiero hablarles hoy no es las prácticas tradicionales con enfoque espiritual o soteriológico, sino desde el enfoque secular o científico.
El Mindfulness científico se presenta como un mecanismo para promover la salud psicológica, adoptar hábitos saludables, disminuir el estrés o prevenir recaídas en depresión o consumo de sustancias, entre otros, constituyendo así una herramienta muy potente en un mundo lleno de malestar emocional. Su fundamento científico es la neurociencia y la psicobiología y la psicología positiva.
Una de las definiciones más conocidas, desde el enfoque científico-secular, es la acuñada por Jon Kabat Zinn (1982), creador de la técnica de reducción del estrés basado en la atención plena (MBSR, por sus siglas en inglés); su obra ha contribuido a la creciente inclusión de Mindfulness en la medicina, psicología, educación, organizaciones, etc.
Según el autor, MindfulnessoAtenciónPlenaconsiste en prestaratencióndemanera intencional al momento presente, sin juzgar. Si atendemos a este acercamiento conceptual nos damos cuenta que nos propone prestar atención, pero no de cualquier
manera, sino de una forma voluntaria (a partir de una decisión propia y no como resultado de una emoción, por ejemplo), en la experiencia del momento presente, esto es, en lo que experimentamos en este momento…sin enjuiciar, sin evaluar (me gusta, no me gusta), solo atendiendo lo que transcurre instante tras instante.
Este estado de conciencia parece ser muy sencillo de lograr, sin embargo no es tan frecuente como pareciera. En general, vivimos en un estado de piloto automático, de reactividad bastante ciega. Los hábitos mentales y los automatismos condicionados funcionan casi como si fueran una enorme dotación instintiva que reacciona de manera estereotipada a los estímulos de la realidad imperante.
Al practicar este tipo de atención, podrás cultivar apertura y aceptación hacia la experiencia, dejando de luchar, enjuiciarte y de sentirte “secuestrado” por las experiencias dolorosas de la vida. Pues normalmente cuando algo desagradable ocurre se tiende a reaccionar inmediatamente, pero si eres capaz de atender este evento con mayor apertura tendrás mayor libertad para no reaccionar impulsivamente.
Mindfulness te ayuda a familiarizarte con tu propia experiencia de manera directa.
¿Qué quiere decir esto? Que la mayor parte del tiempo el ser humano se pierde de la experiencia directa, de lo que ocurre, debido a que:
- Pasa mucho tiempo haciéndose ideas de cómo debería ser el mundo.
- Enjuicia las situaciones por las que está pasando.
- Se aferra a expectativas de lo que “debería ser”.
- No está consciente de lo que está pasando en este momento, en su vida emocional y en su cuerpo.
Por otro lado, como seres humanos que somos, contamos con un sistema nervioso que tiene como propósito hacernos sobrevivir y una de sus principales estrategias para orientarnos a atender nuestras necesidades es enviando señales de dolor, por lo que frecuentemente tenemos dolor físico, emocional y mental.
Las estrategias de Mindfulness enseñan a disminuir la resistencia al dolor natural de la vida, cultivando una actitud de mayor apertura y aceptación de lo que es, aprendiendo a estar cómodo con las incomodidades cotidianas y naturales de la existencia humana. Te invito a que pruebes, con la práctica todas/os podemos beneficiarnos de sus de sus bondades…
La próxima semana seguiré aportando “mi granito de arena” para que puedas sentirte un poquito mejor!