Quizás no sea lo que se esperaba. Quizás sea calificado como escaso y aportando poco. Quizás no se ha hace todo lo que se considera factible, ni estuvieron presentes todos los que pretendíamos que estuvieran…pero sin lugar a dudas que el reconocimiento de algunos de los crímenes cometidos por quienes tenían el poder en sus manos en esos momentos, es un paso…
Es probable que la política haya estado presente en este momento, como lo está en todas las acciones humanas…Pero como se ha dicho siempre, lo ideal es enemigo de los bueno. Seguramente que actos de reconocimiento de los crímenes cometidos en nombre del Estado, es un aporte quizás no alcance, pero es un aporte en el buen camino.
En vísperas de cumplirse los 50 años de la dictadura militar es bueno saber que el pueblo no ha olvidado y conste que no nos contamos entre quienes reivindican todas las acciones que se cometieron, pero una cosa pretendemos dejar clara. Dentro de la Justicia puede y debe hacerse todo lo que la ley establece, pero fuera de la ley nada.
Es por esto que condenamos la tortura, los apremios, las acciones llevadas a cabo en nombre de la ley y el orden. Siempre hemos dicho que no nos gusta los viejos muriéndose en la cárcel, pero también hemos dicho y que quede muy claro, que consideramos que todo aquel que delinquió, torturó y mató, debe pagar sus crímenes ante la ley.
La teoría de los dos demonios, algo muy manejado en este tema tiene una diferencia muy clara. Una cosa es perseguir e interrogar dentro de la ley, como fueron profesionalmente preparados y con las armas que ésta establece y otra muy diferente es torturar y asesinar en nombre de esta.
Los uruguayos debemos abocarnos a forjar el futuro, pero jamás olvidando el pasado. Esto sucedió aquí y hubo gente que “en nombre de la ley” asesinó, mató, robó y cometió acciones atroces. De esto no nos podemos olvidar, porque estaríamos arriesgando a cometer los mismos errores que hicieron posible aquellas acciones.
Por la generaciones actuales y futuras (debe tenerse presente que quienes tiene 50 años difícilmente sepan de qué hablamos) deben conocer toda la verdad de los sucedido y en esto debe acordarse de que no es bueno que sea relatada o contada por una sola fuente.
Algún día habrá que dejar atrás estos hechos, pero nunca olvidarlos o sepultarlos, porque estaríamos sepultando la verdad y condenando nuestra democracia.
A.R.D.
