“De niño empecé a acompañar a mi padre a ver a River y aprendí a querer estos colores, pero la tarea de dirigente la aprendí fundamentalmente de vos, me enseñaste con el ejemplo.
Al igual que tu padre (Octavio Campanella) estuviste siempre trabajando y colaborando en el club, inclusive cuando por tu trabajo en el Banco te alejaste de Salto, disfrutaste muchas alegrías en momentos de gloria (cuando todos están), pero estuviste siempre en los momentos más difíciles del club.
Trabajador honesto, ordenado y meticuloso, fuiste Presidente, Secretario o lo que fuera necesario, pero siempre apoyando, brindando tu experiencia, siendo un respaldo permanente para los más jóvenes.
En nuestras reuniones semanales, tu humor tan especial en ocasiones descolocaba a quien no te conocía, pero todo terminaba con tu risa cómplice.
A pesar de los problemas de salud que tuviste, generosamente trabajaste hasta tus últimos días en el club y la parroquia.
Con tus valores humanitarios, dedicación y esfuerzo, nos diste un ejemplo a seguir, esperemos poder transmitirlo a nuevas generaciones.
Fuiste un gran dirigente, compañero y amigo.
Gracias Coco!
Te vamos a extrañar!
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Mauricio Ochoa – C.I. 3661879-0
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