Marianela Da Rosa es mucho más que una trabajadora de atención al público: es una de esas personas que, con una sonrisa y una palabra amable, transforma lo cotidiano en algo especial.
Con más de 35 años de experiencia en el rubro, hoy atiende en Turkos de Salto Nuevo, donde no solo vende productos, sino que escucha, aconseja y acompaña a los clientes que ya la sienten parte del barrio. Su historia está marcada por el vínculo con la gente, el amor por su trabajo y una calidez que la convierte en referente de cercanía y humanidad.
Por tal motivo, Marianela es la protagonista de la historia de vida de hoy.
¿Cómo está formada tu familia?
«Tengo hijos de dos matrimonios. Tengo una hija grande que vive en España y un nieto de 7 años. Del segundo matrimonio tengo dos hijas y un nieto de 5 años.»

¿Dónde estás trabajando actualmente?
«Ahora estoy trabajando en Turkos Salto Nuevo, pero trabajé muchos años en Turkos del centro. Hace más de 35 años que trabajo en atención al público. También estuve trabajando en termas, en la época de las vueltas ciclistas. Teníamos un kiosco de venta de salidas de baño, que era artesanal, porque en ese momento no se podía alquilar.»
¿Cómo surgió el trabajar en atención al público? ¿Te gusta?
«Sí, me encanta, nací para esto. Me encanta hablar con la gente, ayudar a buscar lo que van a comprar, los regalos y demás. Se genera un ida y vuelta con las personas, que tienden a contarte sus anécdotas, cosas buenas y malas. Yo a veces me siento como una psicóloga, porque me encanta escuchar y hablar con la gente, el trato con ellos. Intento ayudarlos y, si no tenemos lo que están buscando, trato de solucionarlo.»
¿Recordás alguna anécdota en particular?
«La mayoría de las anécdotas que recuerdo son felices. Por ejemplo, de regalías: que hemos encontrado billeteras o monederos e intentamos ubicar a las personas para devolverlos, y ellas nos han dado regalos por eso. A veces también, por la atención, la gente nos trae regalos porque fuiste amable o los atendiste bien, y siempre nos compartimos esos regalos. Tenemos muchas historias de trabajo.»
¿Cómo te recibió Salto Nuevo?
«Espectacular. Yo conozco a la gente del barrio, que son clientes desde hace años, que me conocen por haber trabajado en alguno de los locales como Turkos o Stop, y me saludan.»
¿Qué te gustaría decirles a los clientes con los que interactúas frecuentemente?
«Tengo solo palabras de agradecimiento para ellos. Conmigo fueron y son muy cariñosos siempre. Yo siempre digo que es como un amor platónico. Les agradezco mucho por todo ese cariño, y también a mis compañeros de trabajo por el apoyo emocional.”