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sábado, 2 de agosto de 2025
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«Más allá del deporte: la historia de Orlando Alvez y su compromiso con los jóvenes»

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Diario EL PUEBLO digital
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Orlando Alvez, más que un técnico de fútbol, es un formador de personas. Su camino dentro del deporte comenzó sin grandes aspiraciones, simplemente como una forma de divertirse. Sin embargo, con el paso del tiempo, esa pasión lo llevó a descubrir en la enseñanza un propósito más profundo.

Desde el baby fútbol hasta las divisiones formativas, Orlando ha encontrado en la transmisión de valores y experiencias un rol fundamental. Hoy, con compromiso y gratitud, forma parte del Club Almagro, donde día a día apuesta por el crecimiento humano de los jóvenes, tanto dentro como fuera de la cancha.

Por tal motivo, el protagonista de la historia de vida de hoy es Orlando Alvez.

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“Mi familia está compuesta por mi señora, mi hija del medio que vive con nosotros y los nietos. Vivimos en casa. Después tengo dos hijas más: la mayor, que ya es independiente y la más chica de todas, que vive en Maldonado. También tiene su familia y está viviendo allá.”

¿Cómo empezaste tu vínculo con respecto al fútbol?

“No hice baby fútbol. Tenía 12, 13 años cuando empecé. Creo que fueron dos partidos en Dublín, por el ‘78 o ‘79. Después pedí pase para Saladero. Estuve como cuatro años en Saladero y después no me vinculé más al fútbol salteño en sí, y me fui para el Comercial.”
“El fútbol lo tomo como una diversión, un pasatiempo, nada más que eso.”

¿Qué te llevó a ser técnico de formativas?

“Esto fue un proceso largo. Me gustó después transmitir a los niños, principalmente cuando empecé en el baby fútbol ayudando, entrenando arqueros. Me pidieron una manito cuando llevé a mi nieto para Almagro y después lo tomé como algo lindo, para expresar mi experiencia y transmitir. No digo enseñar, pero sí transmitir lo que uno aprende durante su vida. Aprendí muchas cosas, me han enseñado mucho, entonces transmito eso que me enseñaron».

¿Alguna experiencia que nos puedas contar que te haya marcado como técnico?

“La experiencia la fui tomando así, de a poco, viendo a otros referentes. Porque siempre uno, de adentro de la cancha, tiene una visión; después, desde afuera, es otra. Ahora, viendo desde el baby fútbol, mirando técnicos, cómo dirigían, cómo se vinculaban con los niños, el proceso de trabajo de ellos, me fue gustando eso.

Entonces lo tomé también como un pasatiempo. De ahí fue que me fui interesando más acerca de este deporte desde el lado de afuera de la cancha. Me gustó y empecé. Tuve buenos compañeros al lado mío, como el caso de Romer Méndez, que por mucho tiempo estuvimos en el baby vinculados, y ahí entre los dos fui sumando experiencia.”

¿Qué es lo que más te motiva de trabajar con jóvenes?
“Principalmente, trabajar con jóvenes, tratar la parte de la personalidad más que nada, antes que la del deportista. Porque siempre les digo a ellos: el deportista tiene un tiempo límite, tiene una fecha de vencimiento, será 20, 30 años, y después se termina. En cambio, la persona tiene mucho más tiempo de duración. Primero trabajo en ese sentido, en buscar deportista.”


Hoy estás trabajando con el Club Almagro.
“Hoy por hoy, sí. Es un club que me abrió las puertas desde hace mucho tiempo. Me facilitó muchas cosas para poder trabajar, por lo cual estoy muy pero muy agradecido. Siempre se lo recalco a la dirigencia, porque siempre están pendientes de uno. Hoy por hoy estoy comprometido con ese club.”
En Almagro, un grupo que lo conforman técnicos, presidente, etc., pero sobre todas las cosas, grandes seres humanos.

“Sí, la verdad que sí. Por eso estoy agradecido, en el sentido de que es un grupo humano que te deja trabajar libremente, que te da las herramientas que vos le pedís para trabajar. Uno se siente cómodo en ese sentido. Uno no se siente presionado ni obligado a nada. Uno trabaja cómodamente.”

¿Qué les podés decir a los chiquilines que juegan en Almagro y vos sos el técnico? ¿Y qué les podés decir a los padres?

“A los chiquilines, como siempre, lo que les transmito es que sean buenas personas. Siempre trato y recalco el trabajo en equipo, no solamente en el deporte. El trabajo en equipo comienza en la casa, con los familiares, ayudando en la casa. Sea arreglar el dormitorio, terminamos de almorzar, por ejemplo, cada uno puede ayudar a lavar su plato. Ahí empieza el trabajo en equipo, ahí comienza a formarse y a gastarse la persona en sí, y después lo transmitimos al campo de juego, al deporte. En eso hago hincapié siempre.

Y a los padres, también lo mismo. Como siempre digo, esto es un trabajo en equipo. Los padres apoyando a los hijos tanto en el estudio como en el proceso de la vida, transmitiéndoles también experiencia. A los padres también les transmitimos experiencia, tanto cuando nos van bien las cosas como cuando cometemos errores, porque también de los errores se aprende.

Cuando uno tropieza una o dos veces, decir: ‘Mirá, yo cometí este error así’, y bueno, no lo vayas a hacer. Y después cada uno toma su decisión.”

¿Qué legado te gustaría dejar a los jóvenes que hoy formás?

“Eso del legado, después cada uno lo toma en su personalidad. Uno transmite las buenas intenciones, pero después está en cada persona hacer su propio legado, en lo que uno le transmite o en lo que ellos aprenden. Yo les puedo enseñar las mejores cosas de la vida, transmitirles lo más bueno, pero después está en la persona si quiere seguir ese camino o no.

Cada uno toma el camino que elige. El legado, cada uno lo elige de acuerdo a su estilo de vida.”

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