
-Allá por el año 2019, cuando en Corea del Sur alcanzó la gloria y fue campeona mundial.
-Allá por el año 2023, cuando en el Campeonato Panamericano de Lima en Perú, fue otra vez Oro, dejando en claro el valor incanjeable de su aventura siempre: la de proponerse y querer.
Porque Margarita Kemayd, a despecho del paso de los años….¡no dejó de condenar al almanaque, y ese inapelable dictado de las hojas que pretenden caer!
Al fin de cuentas, Margarita solo se limitó a guiñar el ojo, tan imperturbable y generosa siempre a la hora de cada brazada, para que sin pretenderlo quizás, su actitud se volviera proverbial ejemplo. Supo de un romance con la Natación y el Club Remeros Salto, cuna casi sentimental de aquellos primeros y candorosos sueños.
Y es verdad que Margarita no se rindió frente a la desventura de más de un sinsabor o frente a esos dolores que oprimen, que duelen, que se transforman en una dura y lacerante prueba.
Y es verdad que Maragarita resultó una guapa sin más trámite. En el deporte, en su Natación, encontró el bálsamo justo, para que la ilusión y el querer DESDE LA VIDA SIEMPRE, no se expusiera al no se puede. A la duda que debilita….o que mancilla la luz de un amanecer distinto.
Como ella quiso. Como ella….y no dejando de creer. Por eso fue campeona y pico: de los proverbiales afectos, de su credibilidad como deportista, de sus medallas engalanando su historia.
Ese fue su tiempo. Ese fue su ejemplo. Ese fue su querer.
Maragarita Kemayd falleció ayer. Sus más de 80 años. Resultará insoslayable su rescate en el tiempo. Resultará insoslayable el repaso de su frondoso quehacer deportivo y humano. Resultará insoslayable transmitir desde algún silencio cómplice, la gratitud sin más giros.
Sucede que de sus andares de vida podríamos seguir aprendiendo. De repente un poco más. Tan solo, un poco más. Para entender que la vida no solo es un milagro en sí mismo, sino una hermosa aventura cargada de soles.
Y con el oro de una campeona como esta Margarita. La del Remeros. La de Corea. La del Perú. La de cada brazada con tanto amor de vida.
Y de vida….siempre.
Siempre.