María de los Ángeles Machado, hasta hoy Directora del Instituto Nacional de Rehabilitación N° 20 de Salto, pero que en los primeros días de 2026 estará asumiendo una nueva responsabilidad al frente de la Dirección Nacional de Medidas Alternativas. Con ella dialogó EL PUEBLO, para hacer un balance de su gestión y pensar en lo que viene.
– ¿Cómo ha sido su carrera en el INR 20?
– El Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), fue un proceso votado por todos los partidos políticos como una nueva institucionalidad, se fue dando de manera gradual a lo largo de todo el país, y la Unidad 20 no estuvo ajena a eso, y en el año 2013 pasa de lo que eran las viejas Jefaturas Departamentales a una institucionalidad nueva con determinados lineamientos a implementar, creado bajo la órbita del Ministerio del Interior. En ese marco, se dan a lo largo del país algunas variables. En primer lugar, el ingreso de civiles al sistema penitenciario y la capacitación de la policía en un esquema penitenciario. Esa es la gran nueva realidad de esta institución. Y a Salto ingresa una tanda muy grande de operadores, siendo una de las más grandes del interior, que se hace de manera simultánea con Montevideo, ahí ingreso yo y mis compañeros. Desde entonces, en mi caso, pasé primero por lo que era el área de gestión interinstitucional, una coordinación que existía en el INR. Al poco tiempo asumí la Subdirección Administrativa, en la que estuve más o menos cuatro y poco, y posteriormente hago el relevo de quien era entonces el director del INR de Salto, el comisario Miguel Catelotti, que es trasladado a Artigas y asumo la dirección, hace más o menos unos ocho años.
– Desde entonces ha habido un trabajo muy concienzudo en busca de tratar de rehabilitar a las personas privadas de libertad, lidiando con una superpoblación que quintuplicaba o sextuplicaba la capacidad locativa original. Se han ido ampliando esos complejos para albergar sobre todo el ala femenina, con comodidades para recibir a sus hijos, un centro educativo interno para tratar justamente de buscar la rehabilitación de las personas. Ese balance de su trayectoria, ¿ha sido quizás mejor visto afuera de fronteras que en Salto?
– Creo que sí. La Unidad ha tenido a lo largo de este tiempo procesos que han sido planificados y ejecutados. Primero que nada, creo que lo más destacable es la creación de un espacio específico para albergar a mujeres en situación de privación de libertad que residen con sus hijos, que convierte a Salto fuera de la unidad especializada, que es la Unidad N° 9 en Montevideo, la primera unidad que cobija un gran porcentaje de mujeres con hijos. A su vez se ha creado un ala de progresividad dentro de la unidad femenina, esta construcción fue instalada a fines del año pasado, y ha permitido bajar los índices más graves de hacinamiento que tenía la cárcel de mujeres. Estamos hablando que teníamos un alojamiento para unas 20 mujeres y en las cuales llegaron a albergarse 90 mujeres y 20 niños, lo cual se transformaba en una situación por encima de lo complejo, con pérdida de los espacios de comedor, con pérdida de los espacios de circulación. En ese marco se crea este nuevo edificio y se logra albergar y separar a las mujeres, que en términos penitenciarios, es quizá la población que en los últimos 20 años ha crecido mucho más que los varones. En muchos casos, mujeres que así como son jefas de hogar, son jefas también del negocio delictual, entonces terminan privadas de libertad cuando por otro lado sus parejas ya están privadas de libertad. El caso de Salto es bien concreto porque es una cárcel mixta, donde de un lado se albergan varones y del otro se cobijan a mujeres. En ese sentido tenés familias enteras en privación de libertad. Más del 80% de las mujeres están por algún proceso vinculado al ejercicio del narcotráfico, llámese suministro o asistencia. O, a su vez, si hacés una trazabilidad un poco más fina, el hurto es cometido en pos de conseguir plata para poder hacer un ejercicio de consumo. Ahora, la pregunta es, ¿la cárcel puede sola? Y está claro que la cárcel no puede sola. No puede sola en un proceso de rehabilitación, ni de reinserción, ni de desintoxicación. La cárcel es una parte del Estado que está en determinado momento, pero hay un antes y un después de que la persona esté privada de libertad, y para eso todo el Estado tendrá que nuclear fuerzas y poder de alguna manera dar sentido a este proceso que se inicia en algún lugar.
– Hay un detalle no menor que tiene que ver con la gestión de la Dirección del INR de Salto. Si bien ingresó por concurso al cargo administrativo, luego hay una decisión política de dejarla como Directora, que trascendió gobiernos, lo que está marcando que más allá de una concepción política hay una gestión que se respetó.
– Bueno, muchas gracias. En realidad, ingresé como operadora penitenciaria, que es esta figura que hablábamos que se crea con el INR, que es una carrera específicamente pensada para cárceles, y si bien es una decisión política, es una decisión de confianza. Todos los Jefes de Policía, todos los Directores de Cárceles, todos los Jefes de Guardia Republicana, que somos de carrera, tenemos de alguna manera para estar en el cargo la confianza del Ministro del momento. Entonces, por ahí puede haber ese doblez, pero no es una decisión política partidaria en ningún sentido. En primer lugar, es una cuestión de respeto de carrera y de aval de los políticos de turno, que es lo que ha sucedido tanto conmigo como con estos otros integrantes del Ministerio que estaba contando. Si ha trascendido, y sí, yo creo que sí, pero acá no hay una figura de la Directora específicamente, hay una construcción de equipo que ha sostenido un proceso de gestión pensado, basado en los lineamientos del INR, y es como nosotros entendemos que se tiene que llevar a cabo este tipo de proceso de gestión, que a uno le toca liderar hoy, pero que mañana al que le toque vendrá con el mismo lineamiento.
– En algún momento de todos estos años tuvo que tener custodia policial. ¿Llegó a sentir que corría peligro su vida o alguien de tu familia?
– Claro, por supuesto, porque uno no se lo espera, porque en realidad uno viene a hacer un trabajo que entiende que está marcado por los lineamientos generales, y este tipo de situaciones terminan alterando por lo menos un camino que uno se había trazado inicialmente. Soy muy agradecida en este caso al Poder Judicial, que fue quien determina el ejercicio de cuidados de la Fiscalía, mientras se realizó un proceso de investigación, fue largo, intenso, pero uno no se acostumbra nunca a vivir con custodia, pero soy muy agradecida de los cuidados que hicieron mis propios compañeros, en este caso de la Dirección de Investigaciones, para conmigo durante ese tiempo.
– Llegamos al momento actual, donde se le propone un cargo a nivel nacional. ¿Cómo asumió esta designación que le han realizado y cuándo tomará posesión del mismo?
– En diciembre de 2024 ascendí por concurso al mayor grado que tiene la carrera penitenciaria. Entonces, desde ese momento, ya sabía que algún movimiento se iba a dar. Y es así como hace un mes y medio, más o menos, fui convocada por el Ministro del Interior para ocupar la Dirección Nacional de Medidas Alternativas. Sorpresivo inicialmente, pero muy agradecida con el desafío, un desafío enorme. La Dirección de Medidas Alternativas corresponde a lo que son las medidas no privativas de libertad, o sea, todo lo que son las medidas alternas a la prisión, llámese por delitos menores, por lo que son los arrestos domiciliarios, que se tiene que idear un plan de trabajo al respecto de cada uno, y que tienen un monitoreo con tobillera. Es como, de alguna manera, descongestionar las cárceles, que van camino a un número histórico.
– Este nuevo trabajo la obligará a tener que recorrer el país y no quedarse en una oficina en Montevideo. Desde el punto de vista personal, ¿cómo se ve en esta nueva tarea?
– He ido en estos días armando como un plan de trabajo, porque uno es bien estructurado, tratando de ir poniéndole tareas a los meses y por supuesto que en primer término planifiqué un ingreso a Montevideo, y ya la semana siguiente un recorrido a nivel país para ver en qué están las medidas alternativas en cada territorio y cómo se puede articular con distintos actores esas medidas, que requiere un pliego de convenios con instituciones que quieran cobijar las medidas, que requiere acuerdos con las Jefaturas departamentales. En esa situación estaremos hasta mediados de febrero. Respecto a la movilidad, sí, esto requiere que me mude a Montevideo, requiere que me instale allá y estaré viniendo porque la familia sí queda acá.
– ¿Es una caricia al alma o es un dolor de cabeza?
– No, lo tomo como una responsabilidad acorde al grado de la carrera que tiene uno. Si me preguntas en términos personales, ¿qué me gusta a mí? A mí me gusta mucho cárceles, suena raro, pero me gustan.
– La última palabra es suya.
– Para enviar el mayor de los saludos y el deseo de un gran año. Creo que 2026 va a ser un año de quiebre en un montón de cosas. En términos de privación de libertad, siempre la mano tendida en cuanto a la familia, que no deje a sus familiares, que es bien importante estar, acompañar. La privación de libertad es un momento determinado en la vida, y luego es volver a la sociedad, y la sociedad tiene que acompañar esos procesos, es indispensable que los acompañe pensando en los procesos de reinserción.
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PERFIL DEL MARÍA DE LOS ÁNGELES MACHADO
Es del signo de Tauro.
De chiquita quería ser médico.
Es hincha de Danubio.
¿Alguna asignatura pendiente? Ser abuela.
¿Una comida? Algo con pollo, no como carne roja.
¿Un libro? Algo de novela histórica.
¿Una película? Es como con el teatro, miro lo que venga.
¿Qué música le gusta escuchar? Me gusta mucho la música uruguaya.
¿Un hobby? No tengo.
¿Un día de la semana? El viernes.
¿Y el peor día de la semana? El domingo.
¿Qué es lo que más te gusta de la gente? La transparencia y la verdad.
¿Y lo que menos te gusta de la gente? La traición.




