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martes, diciembre 23, 2025

Luis “Tony” Suetta: la vocación de servicio como forma de vida

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Diario EL PUEBLO digital

Periodista, pero también hombre de profunda vocación de servicio. Desde muy joven, “Tony” Suetta ha estado vinculado a instituciones sociales, deportivas y periodísticas de Salto, dejando una huella silenciosa pero constante. Su historia es la de alguien que eligió siempre estar, colaborar y comprometerse.

1. ¿De dónde viene esa vocación de servicio en la que se lo ha visto trabajando por los demás?

– Desde chico me formé con esa vocación de servicio, mi padre era así, fue comunicador también, de la radio donde estuvo años, y yo me fui criando a su lado, viendo, mirando cosas. A partir de ahí me empecé a vincular, primero yendo como gurí con todo padre. La primera actividad que tuve fue la del Club Leo Salto Centro, que estuve como ocho años más o menos, éramos dirigidos por el Dr. Hertz Ganzo. Trabajábamos en beneficio de la sociedad, más que nada con los niños, para los días de Reyes tratábamos de juntar juguetes, para los Días del Niño también. Y después cuando en el Colegio Salesiano se salía a recolectar también, por parte de una idea de Carlitos Ardaix, se salía en los camiones de Barbieri y Leggire a distintos barrios de Salto, a efecto de recoger lo que el comerciante quisiera dar, se llevaba todo al Colegio Salesiano y ahí se repartía entre los que necesitaban para tener una nochebuena lo mejor posible.

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2. ¿En qué momento comenzó su relación con la comunicación?

– Mi primer trabajo formal, podríamos decir que fue en Diario El Pueblo, pero todo se inicia porque yo iba al Colegio y Liceo Salesiano, y en un momento los curas vieron la posibilidad de que se podía hacer un boletín interno que salía cada 15 días más o menos, donde se difundían las actividades del colegio y del liceo, los horarios de misa, y todo lo que pasaba. Entonces preguntaron si alguno tenía interés en participar, y como había visto eso de andar con el viejo en las radios, papá estuvo en radio Cultural, en radio Tabaré, me gustó la idea. Siempre me gustó más escribir que la tele y la radio, a pesar de que hice las tres cosas, y me anoté, el Boletín se llamaba Nosotros, y ahí empecé con unos tres o cuatro compañeros, armábamos lo que pasaba, porque el colegio tenía y tiene el Festival de las Naciones, los días de la Virgen, todo ese tipo de cosas, así que informábamos lo que venía, y después se informaba lo que había pasado, cómo había sido, todo ese tipo de cosas. Ahí empecé a escribir, y me empezó a gustar, y le empecé a tomar el gustito.

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Pasó un año capaz, y un día viene uno de los curas que me pregunta si no me gustaría trabajar en un diario, “¿no te gustaría trabajar en EL PUEBLO?” En esa época el director era Enrique Cesio, y digo, no sé, como todo adolescente, porque una cosa es que yo participe acá en el Boletín, y otra cosa es que yo participe en algo que lo que escribo hoy, mañana lo está leyendo toda la gente en la calle, porque va a salir en un diario. Pero como soy medio kamikaze, dije que sí, y me dijeron que tal día, a tal hora te presentás en EL PUEBLO y pedí para hablar con el escribano Enrique Cesio. Hablé con él, y me dijo, “queremos poner gente nueva, gente joven, vemos más o menos tu perfil ahí en el boletín del colegio”, dice, “y queremos ver si estás dispuesto a trabajar en el diario”. Iba a entrar como pasante, me iban a hacer una prueba, vamos a ir corrigiendo, y acepté, por lo menos no me voy a quedar con el bichito si podía hacerlo o no, y así empecé. Vine, me presenté al otro día de noche.

3. ¿Y cómo fue ese primer día de trabajo en el diario?

– Me presento y me dicen que hable con Ferreira Pinto. Claudino me recibe, ya la conocía de vista, y me dice “ahora tengo que hacer una nota, y vos vas a venir conmigo”. Resultó ser que se instalaba en Salto el primer horno a gas de una panadería. Fui con Claudino, cuando llegamos me dijo, “observá todo lo que hago, andá conmigo mirando todas las cosas, fijate lo que pregunto», y así hice. Volvimos a la redacción, y me dice Claudino, “sentate en esa máquina y armá una nota de lo que viste”. Agarré y la hice, Claudino se sentó en otra máquina y empezó a escribir también, obviamente, al otro día salió la nota de él. Cuando termino le pregunto qué hago, “déjamela acá”, y dice que se la va a pasar al escribano Cesio. Al otro día cuando vengo, el escribano Cesio ya estaba, me trae a su escritorio, y me dice, “te voy a decir una cosa, para ser la primera vez, no te voy a decir que está muy bien, pero está bien, tiene cosas a corregir, pero seguí así y te vamos a ir puliendo”. Y así seguí, prácticamente, por decirte, dos meses, dos meses y medio, hasta que un día me dijeron, “salís a la cancha, mañana ya lo tuyo sale publicado”, y así fue.

4. ¿Se acuerda cuál fue esa primera nota?

– Fue esa de la inauguración del horno a gas de la panadería, y me largaron en la cancha, yo terminaba de escribir una nota y Carlitos Díaz o el Gallego Arizcorreta eran los que le hacían la corrección final.

5. Y mientras trabajaba como periodista, ingresó a la Fiscalía, pasaron muchos años, y hace poco se jubiló, ¿qué le dejó esa experiencia?

– Trabajé en Fiscalía 43 años, 3 meses y 12 días. Me dejó una experiencia de que hay que saber manejarse, hay que saber respetar, y que puedas no vincular una cosa con otra. Siempre lo tuve muy claro, porque trabajando en Fiscalía te podrás imaginar las cosas que me enteré, pero obviamente no se podían publicar, más allá que en su momento tuve colegas que me pegaban, entre comillas, porque tenía el beneficio de estar en Fiscalía. Jamás tuve un problema en Fiscalía por vincular algo que sabía de Fiscalía con algo que yo publicaba, gracias a Dios terminé en los dos lados, en la Fiscalía y en los diarios, sin ningún tipo de problema.

6. Está jubilado en Fiscalía y en los medios de comunicación, pero sigue trabajando como periodista en su página Sirena Policial, y se lo ha visto en algún operativo policial haciendo una cobertura periodística, ¿cuál es el motivo de seguir?

– Es el bichito de escribir, de investigar, de averiguar, de andar, no lo pierdo, y creo que se va a ir conmigo porque es algo que me apasiona. Me apasiona el tema de prensa, y he andado en varios hechos policiales, en muchas informaciones muy fuertes, muy feas, y también he andado en informaciones policiales no digamos común, pero más leves, porque era pasar algo y yo salía y cubría esa noticia.

7. Alguien me dijo, cuando lo veas al Tony, pregúntale cuántas horas tiene su día, porque hubo momentos que estaba en Fiscalía, pero además estaba en las directivas de Salto Nuevo, del Rowing, de APC.

– Y en esa época, mis horas eran más o menos, de las 24, unas 18, 19 horas para hacer toda mi actividad. Lo que siempre traté y en cada comisión que estuve acompañando a los compañeros, ya sea en Salto Nuevo, en el Rowing, en APC, pero traté siempre de adecuar los horarios para estar presente en todas, porque si hay una cosa que a mí me gusta, es que si digo sí, es sí y me comprometo y lo hago, si no ya de una digo no porque no voy a poder cumplir y yo no me gusta estar para figurar.

8. Me consta que en alguna de esas directivas, le han propuesto para ser presidente y siempre se negó, ¿por qué?

– Porque no tengo el perfil, porque soy una persona que muy frontal, si bien trato de hablar, de dialogar, pero me conozco por mi temperamento que llega un momento de que se me termina la paciencia, y para ser presidente tenés que ser un negociador y no me considero un negociador. Entonces nunca quise. Fijate que APC ahora va a cumplir el año que viene 35 años, y hace 33 años que soy directivo, ocupé todos los cargos pero nunca fui presidente y me lo propusieron. En Salto Nuevo pasó lo mismo, en el Rowing también, pero siempre anduve en la parte de secretaría, de delegado, de lo que fuere, pero nunca presidente.

9. Tuvo dos infartos complicados, pero salió adelante, ¿qué es vivir para usted?

– Vivir para mí es disfrutar el día, más después de esos dos infartos que tuve en la que en un momento la vi fea, más que nada en el primero que fue que aún todavía no había acá en Salto el IMAE, y tuve que viajar urgente a Montevideo y los médicos no sabían si yo llegaba con vida. Llegué, me hicieron el cateterismo, me pusieron 2 stent y cuando quise acordar a los 3 días estaba en Salto de vuelta, internado acá enfrente al Panamericano, eso fue en el 2010. En el 2015 me repitió otro infarto más pero ahí ya estaba el IMAE, ya fue más práctico y enseguida se activó el protocolo y otros stent más, o sea que tengo 3 stent y 2 infartos.

10. Y rebeldemente la vida sigue prevaleciendo.

– Sí, exactamente, la vida sigue prevaleciendo. Trato de hacer lo que me gusta, lo que puedo hacer, en lo que puedo ayudar, porque si hay algo que me gusta es ser servicial, es brindarme al que necesita y ahí en ese camino creo que voy a terminar.

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