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domingo, noviembre 30, 2025

Luciano Ibarra: seguridad con vocación de servicio

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Diario EL PUEBLO digital

En el corazón del hospital de Salto, donde cada día miles de personas llegan en busca de atención y soluciones a sus problemas de salud, también existe un trabajo silencioso pero fundamental: el de quienes velan por la seguridad y el orden en medio de la vorágine hospitalaria.

Luciano Ibarra, de 58 años, es uno de esos rostros que el usuario se encuentra apenas cruza la puerta de entrada. Con una amplia trayectoria como militar durante tres décadas y experiencia previa en seguridad privada, decidió continuar su vocación de servicio desde otro lugar, apostando siempre al buen trato y a la empatía con la gente.

Desde mayo de 2020, cuando la empresa Segurpas tomó el control del servicio en plena pandemia, forma parte del equipo de guardias que se han convertido en un nexo indispensable entre el hospital y los usuarios. Su historia refleja no solo disciplina y responsabilidad, sino también sensibilidad y compromiso humano, cualidades que lo han llevado a ganarse el reconocimiento cotidiano de quienes pasan por allí.

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El protagonista de la historia de hoy es Luciano Ibarra, de 58 años, quien trabaja como guardia de seguridad en el hospital de Salto.

¿Qué te motivó a dedicarte al trabajo de seguridad?

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«Basado en que tengo experiencia, por haber sido militar durante 30 años, es una vocación, vamos a decir, porque había trabajado también en seguridad en el shopping. Me gusta trabajar con el público.»

¿Hace cuánto trabaja como guardia de seguridad en el hospital de Salto?

«Acá en el hospital de Salto ingresé en mayo del 2020, cuando esta empresa Segurpas se hace cargo de los servicios relevando a Securitas, y tuvimos que afrontar el tema de la pandemia. A partir del 2020 estamos acá al servicio de la gente.»

¿Cuáles son las situaciones más comunes que tiene que enfrentar en su jornada?

«Lo más común en el día a día con la gente… todos los días hay situaciones diferentes, pero el buen trato con la gente, el entendimiento con la gente, comprender a la gente hace más fácil la tarea.»

¿Tener un poco de empatía, comprender su problemática?

«Sí, sin duda. Eso es la base. En primer lugar, uno trae una educación, el buen trato con la gente; y después, tener en cuenta que la gente viene acá al hospital por un problema de salud. Entonces, en base a eso, obviamente que hay que tener un buen trato con la gente y ponerse al servicio de los mismos.»

¿Alguna vez tuviste que enfrentar una situación difícil?

«No, o sea, difícil, difícil no, dentro de los parámetros que nosotros tenemos, dentro de las normas que tenemos que cumplir. A veces alguna molestia de la gente o algo de eso, una situación crítica no.»

¿Alguna situación emotiva que hayas vivido en el día a día, en la jornada laboral?

«Sí, siempre hay reconocimiento de la gente. A veces aparecen con alguna pequeña gratitud, eso lo reconforta a uno, lo hace ver que está haciendo medianamente bien el trabajo.»

¿Qué sentís al ser parte del equipo de salud, si bien no sos la parte médica o de enfermería, pero sí una parte muy importante que es la parte de seguridad?

«A mí me emotiva mucho. Si bien, como tú decís, no somos parte de los entendidos en la salud, con un grupo de compañeros hicimos un curso de atención al usuario en la salud que se nos dio la oportunidad. Entendimos que teníamos que perfeccionarnos un poquito para estar al servicio de la gente, y eso sin duda es mucho porque adquirimos un poco más de experiencia, y eso nos lleva a tener un buen trato con la gente.»

¿Qué le podés decir a aquel usuario que viene al hospital, los cuales son muchísimos todos los días, y que tiene ese buen día, ese buen trato con vos?

«Decirle al usuario que nosotros, la guardia de seguridad, estamos al servicio del usuario, para brindarle información, lo que necesite. A veces la gente se molesta un poquito, pero el guardia no está para poner trabas ni nada por el estilo. Simplemente, a veces hay normas que vienen de arriba y hay que cumplirlas. Pero el guardia siempre está al servicio del usuario.

La labor de un guardia de seguridad suele pasar inadvertida en comparación con la de médicos, enfermeros o técnicos de la salud. Sin embargo, la experiencia de Luciano Ibarra deja en claro que su rol es mucho más que abrir puertas o controlar accesos: es acompañar, orientar y brindar confianza a quienes llegan en momentos de vulnerabilidad.

Su mirada, marcada por la disciplina adquirida en su vida militar, pero también por la calidez del trato humano, muestra que la seguridad en un hospital no se reduce a normas, sino que se enriquece con empatía y comprensión.

En cada saludo, en cada gesto de gratitud de los usuarios, se reafirma la importancia de su tarea y el valor de ser parte de un engranaje que, aunque muchas veces invisible, sostiene el funcionamiento del sistema de salud.

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