
La llegada de Sebastián Sosa a Peñarol parece haber tomado mucha fuerza en las últimas horas, merced a una charla del golero con el presidente aurinegro Ignacio Ruglio y la chance de que se pueda destrabar su salida del Mazatlán mexicano, club dueño de su ficha. Sosa, que en la pasada temporada se desempeñó a préstamo en Independiente de Avellaneda, era pretendido además por Eduardo Domínguez, novel entrenador de los rojos que confirmó en su presentación la intención de que continuara en el club. «Quiero tener a los mejores jugadores, por eso hablé con Sebastián Sosa y Domingo Blanco para que sigan con nosotros», dijo consultado por la situación de ambos jugadores. Pero una charla con Ruglio y la posibilidad de volver, a sus 35 años, al club que lo formó para jugar la Copa Libertadores, abrieron un camino de mucha cercanía para que el retorno sea factible
La llegada de Sebastián Sosa a Peñarol parece haber tomado mucha fuerza en las últimas horas, merced a una charla del golero con el presidente aurinegro Ignacio Ruglio y la chance de que se pueda destrabar su salida del Mazatlán mexicano, club dueño de su ficha. Sosa, que en la pasada temporada se desempeñó a préstamo en Independiente de Avellaneda, era pretendido además por Eduardo Domínguez, novel entrenador de los rojos que confirmó en su presentación la intención de que continuara en el club. «Quiero tener a los mejores jugadores, por eso hablé con Sebastián Sosa y Domingo Blanco para que sigan con nosotros», dijo consultado por la situación de ambos jugadores. Pero una charla con Ruglio y la posibilidad de volver, a sus 35 años, al club que lo formó para jugar la Copa Libertadores, abrieron un camino de mucha cercanía para que el retorno sea factible
