O cuando los afectos se colectivizan desde lo mágicamente humano.
Nacional… ¡Vieras qué noche!
No hay dudas con Carlos Gerolami. Hombre del básquetbol durante tantos años. Defendió la camiseta de Nacional en cancha y, con el paso del tiempo, se convirtió en un apasionado hincha, socio y colaborador.
No hay dudas con José Luis Pertusatti. Delegado de mesa en el básquetbol junto a Ignacio «Nacho» Puigvert y Ernesto Barcia. Para «Pinocho», Nacional es un sentimiento inquebrantable. Fue dirigente en diversas funciones hasta llegar a la presidencia. Presidente Campeón. Bien campeón. Pertusatti no es solo parte de la leyenda; es parte de Nacional, con una química indisoluble en el tiempo.


No hay dudas con Carlos Bicker. Su última camiseta fue la del bolso «naranjero». Treinta años de vigencia en el plantel, incapaz de imaginarse en otro club. Su club es Nacional, el suyo y el de su familia. Siempre al servicio de la causa. Bicker nunca dejará de estar.
«Más juntos, pero felices»
Fue el jueves a la noche en la sede social de Nacional Fútbol Club. Así lo expresó el presidente Matías Montanari.
El tributo a los tres deportistas, «los tres hermanos de la historia», como dijo un hincha. En cada homenaje, un video reflejando en imágenes sus trayectorias.
Costó encontrar las palabras adecuadas para cada uno de los tres, porque la densidad emocional tiene su propia historia.
¿Cómo describir los afectos?
Ahí están, latiendo fuerte en cada corazón.
Los palpitares encendidos…

Fue, sin dudas, una noche mágica. Porque el hincha de Nacional, su gente, ES DE NACIONAL en actitud y en sentimiento.
Es la sede remodelada. Es la cancha querida que nunca vendieron, expropiaron ni sacaron del lugar donde nació la historia.
En Nacional, nunca ha faltado el puente tendido con los del ayer, mientras la evolución sigue su curso con estas nuevas generaciones de corazones encendidos.
Por eso, en la noche del jueves, estuvieron niños, adolescentes, jugadores de fútbol y básquetbol, del Baby, de las categorías juveniles y del plantel de Primera División.
De la categoría que fuese, todos se sumaron, no solo para valorar a Gerolami, Pertusatti y Bicker, sino porque fue también un momento implícito para revitalizar el sagrado juramento de unidad, con tantos hermanos de esta fértil historia.
—Eleazar José Silva
De tanto ayer y de tanto hoy…

El apellido Gerolami está profundamente ligado a la historia de Nacional. Carlitos es uno más, como lo fue Eduardo Gerolami a finales de los 60 y principios de los 70.
Eduardo emigró luego a Nacional de Montevideo y pasó por otros equipos.
El trofeo del reconocimiento fue para el exbasquetbolista. Para un tricolor como él… de todas las horas.