Hemos tratado de explicar porqué nos oponemos al levantamiento de los fueros de los parlamentarios. Pero una cosa es el buen uso que se haga de ellos y otra muy diferente es que se los use para “esconder” o “tapar” hechos que seguramente ameritan el retiro de dichos fueros.
Nos explicamos. Tenemos entendido que cuando el legislativo aprobó el establecimiento de dichos fueros, lo hizo pensando en frenar las persecuciones políticas, por las ideas, pero que haya casos como el de los delitos sexuales contra menores de edad que prescriban o si sus presuntos autores ostentan un cargo legislativo se resguarde en dichos fueros nos parece un disparate.
Honestamente creemos que como los crímenes de lesa humanidad los ataques sexuales contra menores de edad no deberían de caducar nunca y por lo tanto en todos los casos en que el delito se pruebe debidamente debería ser sancionado. Es obvio que como toda acusación no debe bastar con la denuncia y la acusación, sino que debería de probarse, de lo contrario se presta para cualquier tipo de injusticia.
Otro es el tema de los fueros y no queremos “comernos la pastilla”. Como es sabido los fueros pertenecen al órgano del Poder Legislativo, no a un legislador. Claro está que la voluntad de éste pesa y mucho en la determinación. Esto significa que para dejar sin fueros a un legislador, el cuerpo legislativo debe votar o pronunciarse en el mismo sentido, o sea los pares del legislador.
Nos explicamos en la actual situación, en la que siguen caducando estos delitos. Es posible “sacar pecho”, incluso reconocer el delito, sabiendo que el mismo ha caducado y por lo tanto no deberá pagarse ante la sociedad.
Cuando la Cámara Alta se pronunció en contra del proyecto que pretendía la no caducidad de estos delitos, creemos que se equivocó, nunca debió cobijar semejantes delitos contra inocentes.
Otra es la canción de quien conoce los hechos y los cobija. No tenemos nada contra la sexualidad, o la opción sexual de la gente, pero tenemos todo contra quien incentiva de alguna forma, ya sea con dinero o similar, para valerse de la inocencia o la ingenuidad de un menor de edad.
Por el momento esperamos conocer más sobre este hecho, que esperamos sea investigado a fondo, pese a que en un principio el acusado contaba con el respaldo hasta del Presidente de la República.
A.R.D.
