«Con las ilusiones en un cuadrilátero y alcanzando la recompensa de lo posible»
-Fue en la noche del jueves pasado en la Junta Departamental de Salto, cuando el homenaje-reconocimiento se produjo a cuenta de ROBERTO MACHADO y sus 40 años de vida boxística. El colega Marcelo M. Oliva se lo planteó a los integrantes de la Comisión Deporte y Juventud, encontrando la calidez en el eco, que posibilitó contemplar el objetivo.
Ediles de todos los partidos que se sumaron a la valoración de Machado, en tanto HÉCTOR CORONEL, integrante de la Comisión aludida, profundizó aspectos salientes que jalonaron las cuatro décadas de Roberto, e n las distintas áreas del boxeo, aunque una de las ellas, naturalmente predominante: la de entrenador.
Desde EL PUEBLO, al rescate del apunte reflexivo del edil.
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«Por sobre todo, ÉL es un hombre de deporte.
No pocas veces lo ha sostenido, desde su más generosa franqueza.
¿Y cuál ha sido y es, la prédica de ÉL?
Desde el deporte se puede enseñar, se puede transmitir, se puede descubrir ese universo a veces tan inexplorado desde cada uno y que vale la pena rescatar.
Es posible ser y es posible alcanzar. Ha sido su receta.
Y la sigue exponiendo desde su generoso caudal, como ser humano, o como profesional del boxeo.
Saber que uno, es capaz de ofrecer el más vital de los vuelos: el de la propia capacidad.
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ÉL no es un caso como tantos. Por eso nos obliga a repensar lo que han sido estos 40 años.
-40 años en que no ha dudado cultivar su pasión por el boxeo.
El lenguaje de los puños….y es así.
Tercamente así.
Pero también, ofreciendo su lección bien aprendida y mejor ejecutada, desde los discípulos que lo han calibrado: Wilson Galli, Ruben «Cafetera» Silva, Rafael Sosa Pintos, Cristian Faccio, Jorge Rodríguez, Micael González, Braian Porto. Todos ellos, campeones nacionales, regionales.
El amateurismo que no ha faltado en este ROBERTO MACHADO de los tiempos acumulados, para que las primeras ilusiones en un cuadrilátero, fueran alcanzando la recompensa de lo posible.
Fueron 72 campeones nacionales amateur que pasaron por sus manos, por su talentosa modelación.
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Aquel ayer de Roberto en su lejana comarca de Paso de las Piedras de Arerunguá.
Allá bien de niño, con cada mágico y pueblerino amanecer, hasta que la adolescencia fue ganando espacios, y el boxeo se introdujo en su sangre campeona, con su pasión a cuesta por ese boxeo de cada día.
Por eso, fue uno más en el Panamericano de Boxeo en Argentina y los reconocimientos fluyeron desde medios de prensa y del propio Comité Olímpico Uruguayo, cuando en el año 2003, fue nominado como el mejor entrenador de boxeo.
Sus enseñanzas en los gimnasios de River Plate, Salto Uruguay, Ferro Carril y Círculo Sportivo entre otros, la asistencia a Cursos Internacionales de Educación Física, como parte de un ciclo de acumulación de conocimientos que hacen al deporte, desde lo específico a lo global: Congresos, simposios, encuentros con entrenadores de primera magnitud de América Latina y un aspecto no menor: su participación en el programa «Nocaut a las drogas», impulsado por la presidencia de la República en el 2009.
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Convengamos que no es misión accesible la de limitar en espacio y tiempo, la historia de Roberto Machado y sus 40 años de adhesión al boxeo, al deporte,
Sucede que fue construyendo una senda a favor de su evolución cultural y técnica, sin renegar de ese válido campo bien humano, donde las emociones suelen nacer y reproducirse.
Roberto Machado es el hombre de la vida y el boxeo.
El deportista y su circunstancia.
Sus quehaceres y fines que no han sabido de vacilación.
La entereza de la búsqueda ha sido puntual.
Desde cada rincón de un cuadrilátero, cabría preguntarse: ¿cuántas páginas de glorias y decepciones se han planteado?
Acaso el deporte concibe inevitablemente estos extremos.
Pero es verdad que con este Roberto Machado, que hoy valoramos y admitimos como un deportista de ley, nada permanece al margen de lo posible.
Lo posible también es una actitud de la aventura humana.
Mientras el boxeador del futuro, ese adolescernte ahora, con el derecho de su sueño a cuesta, porque sabe que tendrá como amparo, a un guerrero de la enseñanza como él….
Un guerrero como Roberto.
Ese mismo…el de Arerunguá….
Muchas gracias. Buenas noches»
-HÉCTOR HUGO CORONEL-
La emotiva noche en el deliberativo comunal. Roberto Machado como eje central de una valoración que se hermana con la justicia misma. Después de todo, son cuatro décadas de adherencia al boxeo, cultivando, enseñando.
