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jueves, agosto 28, 2025

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Las hermanas judías que acompañaron en el final de sus días a Ana Frank

El último refugio

Roxane Van Iperen
Editorial: Editorial Planeta Ediciones Generales
Temática: Historia | Segunda Guerra Mundial

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Las hermanas judías que acompañaron en el final de sus días a Ana Frank.

Un apasionante relato sobre el valor de dos mujeres judías que se enfrentaron a los nazis para dar hogar y esperanza a decenas de
víctimas.
En una fría noche de febrero de 1943, la familia Brilleslijper llega a una villa escondida en las profundidades del bosque holandés: el Nido Alto. Al abrigo de sus muros, las jóvenes hermanas Janny y Lien organizan la operación más arriesgada de la resistencia contra los nazis: crear un escondite para salvar a decenas de judíos, justo ante las narices de los líderes de la ocupación que viven a unos metros del refugio.
Poco más de un año después, la seguridad del escondite se ve comprometida. Janny y Lien son arrestadas y llevadas al campo de Westerbork, donde encuentran una compañía muy singular: Ana Frank y su hermana Margot. Con ellas enfrentarán las atrocidades del nazismo y, finalmente, serán trasladadas a Auschwitz. Janny y Lien se convierten en el bastión emocional de las hermanas Frank, a quienes cuidan durante sus últimos días de vida como a su propia familia.
La autora, Roxane Van Iperen, se mudó a esta casa sin saber que había sido un refugio durante la guerra. Conmocionada por su descubrimiento, investigó durante seis años y buscó a la familia de estas hermanas para contar su hazaña. El resultado es una historia conmovedora sobre la fortaleza, la resistencia humana y el coraje de las mujeres unidas por la tragedia.

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El marido de mi madrastra

Aurora Venturini

Un estilo excepcional, lírico y sórdido a la vez que narra de manera irrefrenable las zonas perversas y macabras del mundo.
Aurora Venturini construye una colección de relatos sobre una galería de personajes extraños y deformes. Gatos volando en medio de tornados. Niñas que nacen con un bulto negro en el cuello. Una maestra que se enamora de un ventrílocuo de circo. Gitanos, niños-monstruos, viejos y mujeres que les pegan a sus hijas.

Dueña de un estilo excepcional, lírico y sórdido a la vez, Venturini narra de manera irrefrenable las zonas perversas y macabras del mundo, atrapando a estos raros personajes antes de que desaparezcan. Dividida en dos partes, El marido de mi madrastra y Hadas, brujas y señoritas, los relatos se funden y emparientan en una única manera de entender la literatura y la vida: como una sucesión de sombras, que a veces son fantasmas y otras amenazas, interrumpida por breves parpadeos de una luminosidad que lastima.

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Crítica: ‘El cuento de la criada

Series

Por Valentina Morillo @thursnext
• Esta crítica de ‘El cuento de la criada’ se ha elaborado tras ver los tres primeros episodios de la cuarta temporada en HBO España y no contiene spoilers.
La última vez que vimos El cuento de la criada, 86 niños de Gilead y 9 Marthas habían aterrizado sanos y salvos en un aeropuerto canadiense. Con ese acto heroico y una June malherida en la batalla se despidió la tercera entrega de la serie, que ha regresado a HBO España con nuevos episodios que continúan la acción en ese punto.
Por la novela de Margaret Atwood conocemos la existencia de Mayday, esa red secreta de la resistencia que trabaja para derrocar a la República de Gilead desde dentro, y aunque hemos visto algunas de sus acciones, estas siempre ocurren de forma aislada y su efecto es efímero. La esperada revolución nunca termina de llegar, y todos necesitamos que llegue. La necesitan los personajes que habitan ese mundo opresor, por supuesto, pero los espectadores también.
Y de eso va la nueva temporada de la serie.
O eso es lo que esperamos. Al menos, es lo que nos ha prometido el tráiler de esta temporada, y lo que podemos intuir después de ver los tres primeros episodios, que se estrenan en HBO España el 29 de abril. El camino hasta aquí no ha sido fácil y, aunque siempre he sido una defensora de la serie El cuento de la criada, reconozco que el viaje en muchas ocasiones llega a ser muy frustrante.
El camino que tendrán que recorrer June y sus compañeras en esta cuarta temporada no va a ser fácil. Está lleno de retos y amenazas nuevas, pero lo realmente importante es que hay esperanza de que las cosas cambien y ese cambio empezará a producirse cuando descubran que en gran parte depende de sí mismas. «Somos lo que estábamos esperando». Ellas son Mayday. June encontrará la inspiración en un lugar inesperado, en un nuevo personaje que tiene gran presencia en el segundo episodio, alguien que le (nos) recuerda que Gilead y sus hombres han destrozado muchas vidas.
En la vuelta de la serie nos reencontramos con todos los personajes. La llegada de los niños a Canadá es un triunfo, pero también es un asunto complejo que tiene muchas repercusiones. Algunas directas, como la responsabilidad que se atribuye a Tía Lydia por no saber controlar a «sus niñas», y otras mucho más interesantes: el proceso de adaptación de los niños, porque ellos han sido separados de la única familia que conocen y llegan a una cultura que les es totalmente ajena.
Serena y Fred no atraviesan su mejor momento y en medio de sus luchas individualistas se encuentran con una noticia que tiene el potencial para cambiar sus vidas, Luke no consigue hacer las paces con la idea de que June haya elegido quedarse, y Nick intenta hacer todo lo que cree que está a su alcance desde su nueva posición de Comandante para mantener a June viva. Todos tienen algo en juego y tendrán que aprender a hacer sacrificios personales y apuestas arriesgadas si quieren tener alguna oportunidad de ganar.
No sé en qué punto nos dejará cuando acabe esta entrega o si al final podremos decir que el viaje ha valido la pena, pero os puedo asegurar que los tres primeros episodios son un torbellino de emociones. No me sorprendería que en algún momento de esas tres horas os asalte la duda y sintáis la tentación de decir basta y tirar la toalla definitivamente, pero mi recomendación es que tengáis paciencia.
Pongo el punto ahí sin entrar en los porqués, ya que no me gustaría dar ninguna pista velada que pueda actuar como anticipación. Lo único que os diré, es que el tercer episodio está dirigido por Elisabeth Moss (quien, por cierto, hace un gran trabajo gran la cámara), y que si llegáis hasta la intensa última escena, será imposible que no necesitéis volver a la serie semana siguiente.

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