Comencemos por saber cuál es el alcance de las medidas que han trascendido. Cuando se habla de sanciones más duras y verdaderamente ejemplarizantes nos preguntamos si los pocos meses que se les da a los policías que vendían sus armas y municiones a los delincuentes están incluidas en este concepto.
A menudo escuchamos que ciertas sanciones son muchas veces sustituida por “un régimen de libertad a prueba”. No conocemos detalles de cada caso, pero en buen romance esto significa que no irán a la cárcel, sino que quedarán libres y “vigilados” por un tiempo determinado.
Ahora bien, en los casos de los policías corruptos ¿no interesan las consecuencias de sus acciones? Es cierto o no que vendían las municiones o alquilaban las armas a las bandas asesinas de los barrios montevideanos? Para nosotros la pena debe tener en cuenta el delito cometido.
El día que comencemos por tomar contacto con la realidad, comenzaremos a pensar de otra manera. Mientras tanto estos policías (y no toda la institución), son tan delincuentes y asesinos como las bandas a las cuales les alquilan o venden sus armas y por lo0 tanto deben ser castigados con la misma severidad.
Muchas veces en estas columnas hemos escrito sobre la seguridad en el país. Debemos intentar otros caminos porque el actual ha fracasado en todos lados. Mientras sirva para proteger o defender a los infractores no hay salida, entre otras cosas porque le hemos inculcado que “lo que vale es tener, no importa cómo”.
Seguimos confiando en la institución policial como auxiliar la Justicia, pero ello no quiere decir que no conozcamos la realidad. Hay policías (y sobre todo sus mandos) que se ha corrompido y se transforman en verdaderos enemigos de sus colegas. No es al de abajo que hay que perseguir, ni al que tiene la osadía de denunciarlo.
Siempre lo hemos dicho nos llama poderosamente la atención la cantidad de armas de que dispone la delincuencia en nuestro país, ¿de dónde las saca). Casi que no hay allanamientos en la capital en que no se incauten armas de fuego.
¿De dónde salen? ¿Quién se las proporciona? ¿No existen en el país condiciones estrictas para la tenencia y sobre todo el porte de armas de fuego?. Es hora de que se controle a los controladores, porque las leyes existen pero ¿se cumplen?
Cuando comencemos a sincerarnos y a controlar verdaderamente, quizás podamos esperar otra cosa. Hagámoslo antes que sea demasiado tarde.
A.R.D.
