Muchas veces me preguntan — ¿Por qué le pegás tanto a la coordinación de cultura? Siempre respondo — No soy boxeador, soy artista, mi trabajo no es pegarle a las personas, sino crear belleza, ampliar la mente y generar mejores soluciones para viejos problemas endémicos.
Es por eso que le dedico tanta energía, porque por detrás de esta discusión —que a muy pocos le importa— hay seres humanos que sufren tristeza, depresión, falta de empleo y abandono por tener que convivir con una sociedad que no los entiende en su vocación artística.
El papel de la crítica

En el ARTE la crítica es vista como algo positivo, como un acto de amor, en Salto, en cambio, es vista como una agresión.
La crítica no hiere donde hay verdad, pero duele cuando hay fachada, porque desnuda la precariedad de lo que se presenta como logro, sin un pensamiento que lo sostenga, ni una comunidad que lo defienda, ni un beneficio claro que lo justifique.

4 críticas para evitar repetir errores
La gestión de Carlos Albisu y Pablo Bonet recién comienza. No hay errores acumulados ni decisiones irreversibles. Pero si esta nueva etapa quiere marcar una diferencia, la oportunidad para conseguirlo es hacer lo que el gobierno anterior no hizo: escuchar las críticas y recibirlas como un acto de generosidad.
Vayamos a las 4 críticas para que podamos garantizar que, en lo que refiere a ARTE y Cultura, ¡será un gobierno diferente!
1. El ARTE es hecho por seres humanos
Los artistas somos ciudadanos, o sea sujetos de derecho. Los objetos no; por lo tanto, tenemos prioridad.
Y, además, —al igual que los cuadros, esculturas y demás obras de artes tangibles— también hacemos parte del patrimonio cultural inmaterial, como por ejemplo, la murga, el candombe, el tango y la milonga: Ley N.º 18.035 (2006), Resolución Ministerial N.º 414/2010, Decreto N.º 257/2012 y N.º 191/2018.
La gestión anterior abandonó los museos, pero también a los artistas, incluso, prácticamente, destruyó las murgas.
Si esta administración quiere diferenciarse, debe entender que los objetos y los edificios no sienten tristeza, no sufren depresión, no tienen hambre, ni padecen penuria económica por falta de empleo. Tampoco votan, ni eligen representantes.
Por supuesto que son importantes los museos, pero sin artistas, serían inútiles porque no habría obras para exponer. Las personas deben ser la prioridad.
2. La responsabilidad legal es del poder público, no de los artistas
El acceso al ARTE es un derecho establecido en la ley y, como todo derecho, implica una obligación: el Estado debe garantizar que el ARTE se produzca de forma independiente, circule y esté al alcance de la sociedad.
Sin embargo, en Salto esa responsabilidad se transfiere a los artistas, como si fuésemos nosotros quienes debiéramos garantizar derechos.
Terminamos con tres trabajos: uno para subsistir y pagar nuestro segundo trabajo (sin salario) como artistas y un tercero (también sin salario) para realizar funciones que le corresponden al poder público.
Imaginemos que en la educación los docentes tuvieran que construir sus escuelas o que en la seguridad pública los policías tuvieran que pagar la nafta de las patrullas. Sería inaceptable.
Pero se naturaliza que los artistas seamos los responsables de pagar todo, sin cobrar nada, para garantizar un derecho, algo que es responsabilidad del poder público. ¿Únicamente a mí me parece raro?
Durante la gestión anterior no se asumió esta obligación. Se promovió la autogestión como única salida, se cultivó un discurso en el cual lo deseable era que los artistas no contáramos con el municipio, dejándonos la carga económica y operativa de sostener el sistema.
Si esta administración quiere diferenciarse, debe empezar por cumplir su función: garantizar las condiciones y no transferirnos esa responsabilidad.
3. Sin empleo y trabajo para los artistas, no hay ARTE posible
El ARTE requiere condiciones: tiempo, recursos, formación y espacios. Es una práctica profesional que se sostiene con salario, ensayo constante y estructura.
La gestión anterior no implementó mecanismos para profesionalizar, remunerar o integrar a los artistas dentro de políticas públicas. No existieron contratos estables, ni planificación, ni programas de largo plazo.
Si esta administración quiere diferenciarse: debe diseñar una política pública para generar empleo y salario para las y los artistas.
Esto no significa que la intendencia tenga que contratar, nada de eso. Significa que la IdS es la única que tiene el poder y la dimensión para crear un mercado artístico autosustentable que genere salario y garantice la autonomía ideológica de los grupos y artistas.
4 – Sin proyecto artístico escrito, no hay política posible
En casa de herrero, cuchillo de palo, en tierra de escritores, el principal problemas del área es la elaboración de textos.
Un proyecto o programa debe ser presentado antes de las elecciones para que la ciudadanía sepa qué está votando. Sin embargo, todavía no se conoce un plan escrito que trace el rumbo del área artística y que nos permita comunicar: 1 – el diagnóstico, 2 – las prioridades, 3 – los mecanismos y 4 – los objetivos.
En el gobierno anterior no hubo un plan. La ausencia de estructura y de criterios estables marcó el funcionamiento del área, así como la falta de transparencia en el uso de los recursos disponibles y la escasa gestión para obtener fondos en instituciones nacionales como el MEC, que cuentan con programas específicos de apoyo al sector.
Si esta administración quiere diferenciarse, debe presentar un proyecto escrito para que los ciudadanos podamos evaluarlo y acompañarlo.

Conclusión autocrítica
Los artistas parecemos fuertes, pero somos frágiles, aparentamos saber de todo, pero no entendemos nada, se piensa que tenemos dinero, pero negociamos con el hambre nuestro de cada día y en el fondo somos nada más que niños perdidos en una ficción llamada realidad.
Por eso precisamos de un poder público presente y comprometido con la causa de la belleza, la paz y la conciliación, porque únicamente el ARTE puede detener el avance de la violencia, la polarización y la discordia entre ciudadanos que, infelizmente, hacen parte de la cultura actual.
Para finalizar, la buena noticia es que estamos pudiendo hablar del tema abiertamente, con alegría y esperanza, porque intuimos que existe algo que nos une más allá de nuestras diferencias. ¡Eso ya es un gran cambio!
¡Nos vemos la semana que viene! En el próximo capítulo hablaremos de los 4 puntos de vista del ARTE: 1 – el del Ciudadano, 2 – el del Artista, 3 – el del Poder Público y 4 – el del Sector Empresarial. ¡No se lo pierdan!
¡Viva el Arte! ¡Salario digno para les Artistas!
