Antes que nada aclaremos que amamos a los animales y creemos que nada más fiel que ellos. Trátese de gatos, perros, caballos o terneros.
Pareciera de otro país, seguramente con mayores problemas que el nuestro, lo que sucede con ellos, pero entendemos que los verdaderos culpables somos los humanos. Los animales sueltos son capaces de causar accidentes a menudo fatales, pero los verdaderos causantes de estos accidentes son sus dueños.
Así es cuando se embiste un gato o un perro, ni que hablar de un caballo o un vacuno, las consecuencias suelen ser catastróficas. Pero no sólo se debería lamentar las consecuencias que esto tiene para la vida humana, sino que también debería ponerse en la balanza las consecuencias que generalmente tienen estos casos para los animales.
Entendemos que en nuestro país se protege más que nada a los seres humanos, lo que está muy bien, pero también debería protegerse a los animales cuando el descuido por el que ponen en riesgo su vida o la inconsciencia del que lo hace, también debería ser al menos amonestada, así lo haga por ignorancia.
En nuestro país tener un perro pareciera que fuera libre en cuanto no hay control alguno de las condiciones en que debería cuidarse a éste o la responsabilidad que ello implica, En los barrios es habitual encontrarse con el pasaje de animales sueltos, sobre todo a algunas horas, ni que hablar de gatos y hasta caballos en algunos puntos estratégicos de la ciudad.
Las heces de los animales es un problema menor, pero un problema que nadie controla, ni mucho menos sanciona. Pretendemos con ello que se vuelva la perrera. No, pero si pretendemos que se controle un poco más, que cada uno de los propietarios de estos animales conozca también las obligaciones que tiene y si no se las cumple o no se las acepta, tendrá que enfrentarse a la ley.
Sobre las razas de perros peligrosos que entendemos deberían de prohibirse en el país, ya hemos escrito y lamentablemente seguimos pensando de la misma forma. No tiene sentido hoy tener un perro feroz y mucho menos atado.
Habitualmente cuando un animal protagoniza un accidente, no tiene dueño o se verifica que no cuenta con vacuna sanitaria alguna. Vale decir que un animal nos “sirve” solo cuando nos protege, o nos da abrigo, pero llegado el momento nos desentendemos de él o de ella rápidamente.
Nunca compartiremos esta actitud.
A.R.D.
